Desde su lanzamiento en 2021, el AirTag de Apple ha sido muy popular entre los consumidores. Para aquellos que ya usan un iPhone, un iPad o un MacBook, el atractivo del AirTag es simple: tomar todos los beneficios de la tecnología Find My de Apple y aplicarlo a objetos no inteligentes.
La premisa era que los usuarios pudieran utilizar la tecnología de rastreo para localizar objetos que no tuvieran funciones inteligentes. Los usuarios podían poner una AirTag en sus llaves o en su cartera y localizarlos en la aplicación con la misma facilidad con la que encontraban su teléfono.
Los usuarios incluso les encontraron una utilidad como elemento antirrobo. En los últimos dos años se han publicado numerosas historias de usuarios que han encontrado bolsos perdidos, carteras robadas e incluso coches, todo porque llevaban una AirTag.
Pero no todo ha sido tan sencillo. Los dispositivos tienen un lado oscuro: los delincuentes los utilizan para acechar a la gente y seguir sus movimientos, razón por la que Apple ha sido demandada en Estados Unidos.
Ahora, una de las alternativas más populares a AirTag, Tile, ha anunciado un enfoque radical para hacer frente a los usuarios que emplean sus dispositivos para acosar a la gente: ¡con una multa de un millón de dólares! La noticia llega cuando la empresa anuncia la inclusión de un modo antirrobo, que desactiva cualquier notificación si un dispositivo no reconocido te está siguiendo.
Tile afirma que esta función permite a los ladrones localizar y eliminar fácilmente los dispositivos de seguimiento, lo que los hace prácticamente inútiles para evitar robos. Pero, aun reconociendo la importancia de disuadir del acecho con sus dispositivos, la empresa señala que los usuarios tendrán que firmar unas condiciones estrictas, con una multa de un millón de dólares si los productos se utilizan para rastrear a una persona sin su consentimiento.
No sabemos hasta qué punto esta política se sostendría en los tribunales, pero sin duda es una forma única de disuadir a los delincuentes.