Ford está liderando una nueva investigación del cerebro que podría dar como resultado una forma más rápida y precisa de detectar cuando el conductor está comenzando a “desconectarse” del volante.
El cansancio es considerado un factor clave que repercute hasta en el 25 por ciento de los accidentes mortales y graves en carretera. Una encuesta muestra que el 40 por ciento de los conductores en Europa no sigue la recomendación de tomar un descanso cada dos horas en viajes largos. Alertar a los pilotos que están cansados podría ayudar a reducir el riesgo de incidentes automovilísticos.
“El cerebro procesa grandes cantidades de información cuando conducimos, pero eso puede cambiar a medida que las asistencias al conductor hacen parte del manejo por nosotros. Los conductores también se cansan y sus mentes pueden divagar. Identificar más rápidamente cuándo sucede esto podría ser de vital importancia”, dijo Stefan Wolter, Ingeniero de Investigación e Ingeniería Avanzada de Ford Europa.
Trabajando con neurocientíficos, Ford espera identificar las respuestas cerebrales que revelan lapsos de concentración a través de las manifestaciones físicas de los usuarios, como los cambios en su frecuencia cardíaca o la respiración. Por ejemplo, si se hiciera evidente una pérdida de concentración gracias a un cambio en la frecuencia de los latidos del corazón, el vehículo podría alertar al conductor.
Dado que las asistencias al conductor ofrecen niveles cada vez mayores de apoyo a quienes están detrás del volante, sigue siendo fundamental que los conductores se mantengan alerta y no se vuelvan demasiado dependientes de estas tecnologías.
Ford está llevando a cabo esta investigación junto con Uniklinik RWTH Aachen en Alemania. La prueba coloca a los participantes a que completen una simulación de conducción mientras su actividad cerebral es escaneada por una máquina de resonancia magnética. Un espejo especialmente colocado permite a los participantes ver la simulación en la pantalla.
El escenario, diseñado con tecnología de videojuegos, coloca una autopista de tres carriles en la noche donde un vehículo en el carril central frena repentinamente y el participante tiene que tomar el control y mover el automóvil hacia la izquierda o hacia la derecha, usando un dispositivo de mano. Los sonidos del motor también ayudan a que los participantes indiquen a qué carril es seguro moverse.
La máquina escanea el cerebro antes y durante estas acciones, mientras que los investigadores miden qué tan rápido reacciona el participante y si toman la decisión correcta, mientras monitorean los cambios en la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y otras medidas fisiológicas.
"Creemos que, al capturar estos datos, en el futuro podríamos generar huellas dactilares fisiológicas del conductor para que los conductores de los vehículos puedan estar preparados para reaccionar e intervenir de inmediato en caso de que sea necesario", dijo el profesor Klaus Mathiak MD Ph.D., jefe de Psiconeurobiología y consultor principal de Medicina Psicosomática, Uniklinik RWTH Aachen.
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