Llevamos tiempo escuchando que el Vision Pro, el casco de realidad mixta de 3.500 dólares de Apple, se lanzaría probablemente a principios de 2024. Y ahora tenemos una escala de tiempo. Un nuevo informe asegura que Apple tiene como objetivo una fecha de lanzamiento en febrero y que la producción "se está llevando a cabo a toda velocidad".
El informe viene de Bloomberg [paywall], cuyas fuentes son nuestros viejos amigos "personas con conocimiento del asunto". Y según esas personas, el plan de Apple es tener listas las unidades destinadas a los clientes a finales de enero para su debut en las tiendas en febrero de 2024.
La propia Apple ha dado más credibilidad a este calendario: esta semana ha enviado mensajes de correo electrónico a los desarrolladores de software en los que les dice que se preparen para el lanzamiento probando sus aplicaciones y enviándolas a Apple. Es algo que Apple suele hacer aproximadamente un mes antes de una gran actualización de iOS, macOS o iPadOS, lo que sugiere que el Vision Pro está casi listo.
Para empezar, el lanzamiento va a ser solo en EE.UU., y febrero es un objetivo más que una fecha definitiva por ahora: todavía podría haber algunos problemas de última hora que impidan que esté listo a tiempo, y la dificultad de este lanzamiento aumenta la probabilidad de que eso ocurra.
Se trata de un proyecto mucho más difícil que, por ejemplo, el lanzamiento del iPhone 15: Vision Pro requiere un ajuste y una personalización especializados y, si no se hace correctamente, los cascos pueden resultar demasiado pesados y la pantalla puede no mostrar todo al usuario. Esa personalización requiere áreas dedicadas, personal y formación que otros productos de Apple no necesitan.
No tenemos ninguna indicación de cuándo tiene previsto Apple lanzar el Vision Pro en México, entre otras cosas porque se trata de un producto complicado: según Bloomberg, si el dispositivo atrae a los compradores "Apple puede encontrarse en una posición en la que no pueda fabricar suficientes unidades durante varios meses". Eso es muy bueno para el marketing (el equivalente en RV de esos juguetes imprescindibles de Navidad que hacen que los padres se peleen a puñetazos en los pasillos), pero no tanto para la disponibilidad internacional.