Para disfrutar de una salud y un bienestar físicos, mentales y emocionales excelentes, es importante dar prioridad al sueño. Desde invertir en el mejor colchón hasta crear tu propia rutina y ambiente para dormir, un buen descanso nocturno puede marcar una gran diferencia en cómo te sientes y rindes día tras día.
Una cosa que es importante tener en cuenta a la hora de crear el entorno perfecto para dormir es la temperatura. En efecto, la temperatura de tu habitación puede influir en tu descanso nocturno. Si hace demasiado calor, te verás sacudiendo las sábanas, dando vueltas en la cama y cubierto de sudor. En cambio, si tienes demasiado frío, te esconderás bajo las sábanas y tus músculos se quedarán fríos, lo que hará que te sientas rígido y dolorido cuando te despiertes.
Teniendo esto en cuenta, un reciente estudio realizado por destacados científicos y expertos del sueño acaba de revelar que existe una temperatura ideal para dormir. El estudio titulado "Nighttime ambient temperature and sleep in community-dwelling older adults" examinó la relación entre la temperatura de la habitación y la calidad del sueño y utilizó monitores de sueño y sensores ambientales para controlar la duración del sueño, la inquietud y la eficiencia.
Tras varias semanas recopilando datos, los resultados mostraron que la calidad del sueño era más eficiente y reparadora cuando la temperatura oscilaba entre 20 y 25ºC. Cuando la temperatura aumentaba entre 25 y 30 °C, la eficiencia del sueño disminuía significativamente entre un 5 y un 10%.
Entre 20 y 25 °C, la temperatura interior es cálida pero no demasiado caliente o fría, lo que permite a las personas conciliar el sueño más fácilmente y dormir más profundamente. Pero, ¿qué ocurre si no se cumplen estas condiciones? Averigüémoslo.
El principal motivo por el que la temperatura influye en el sueño es que para dormir es necesario que la temperatura corporal descienda. Cuando nos preparamos para ir a la cama, la temperatura corporal desciende de forma natural, lo que indica al cerebro que es hora de dormir. Este descenso de la temperatura comienza unas dos horas antes de irse a dormir, lo que coincide con la liberación de melatonina, la hormona del sueño que ayuda a regular el ciclo sueño-vigilia.
Tener un dormitorio a la temperatura óptima puede ayudar a favorecer este proceso natural de la temperatura y enviar señales más claras al cerebro y al cuerpo de que es hora de irse a la cama. Muchos estudios también han demostrado que dormir en una habitación más fresca o llevar calcetines a la cama puede ayudar a regular la temperatura, lo que puede favorecer que se duerma más rápido, más profundamente y que se despierte menos veces por la noche.
Sigue un horario de sueño regular
Uno de los consejos más importantes para una buena práctica del sueño es mantener un horario regular. Tu sueño y tu rutina nocturna son completamente únicos, pero asegurarte de que te vas a la cama a la misma hora todas las noches garantiza que estás durmiendo lo suficiente para rendir adecuadamente al día siguiente. Tener un horario estricto también significa que tu cuerpo adquirirá el hábito de sentir sueño a una hora específica, lo que te ayudará a quedarte dormido más fácilmente.
Cambia tus sábanas según la estación
Para controlar mejor la temperatura, tenga siempre en cuenta el tipo de ropa de cama que utiliza. Cuando se trata del mejor edredón o las mejores mantas, es importante tener un edredón que se adapte a la estación. Aunque puedes conseguir edredones para todas las estaciones, los expertos en descanso recomiendan tener un edredón de verano y otro de invierno.
Debes cambiar a un edredón de mayor tog en invierno y a uno de menor tog en verano. Para los que sienten el calor independientemente del tiempo que haga, invertir en un colchón refrigerante podría solucionar sus problemas.
Ventilar la habitación durante el día
La entrada de aire y luz en la habitación durante el día mantiene el ambiente más fresco e higiénico. A la hora de acostarse, la habitación debe estar a una temperatura fresca, lo que ayuda a dormir mejor. Mantener la ventana ligeramente abierta mientras duermes ayudará a que tu habitación alcance esa temperatura perfecta para dormir y se asegurará de que sigues recibiendo aire fresco.
Personaliza tu termostato
Si tienes instalado el mejor termostato inteligente, puedes establecer rutinas en tu casa para asegurarte de que cada habitación se calienta o enfría adecuadamente. Por ejemplo, puedes personalizar el termostato para que esté entre 20 y 25 °C en tu habitación cuando planees irte a dormir para asegurarte de que está a la mejor temperatura para el sueño.
