El ventilador de la Xbox Series X sirve para mantenerla fresca, pero esto también implica que succiona todo tipo de cosas. Y, al igual que pasa con las PC y las PS5, eso quiere decir que puede acumularse un montón de polvo en la rejilla y dentro de tu consola. Si las cosas salen mal, esto podría afectar la eficiencia del ventilador; haciéndolo más ruidoso y forzándolo a trabajar más duro para que tu Xbox no se sobrecaliente.
Microsoft solamente recomienda limpiar la Xbox Series X por fuera. Debes hacerlo cada tres o seis meses, con un trapo suave de microfibra, con agua y jabón suave o toallitas desinfectantes. Asegúrate de que está desenchufada de la electricidad, si utilizas materiales de limpieza; se recomienda alcohol isopropílico para la consola. Si vas a limpiar el control, no utilices toallas desinfectantes; en su lugar, utiliza un trapo suave y limpiador para vidrios.
Pero, ¿qué pasa con el polvo que se encuentra dentro de la Xbox Series X?
Desconecta tu Xbox Series X, como lo harías al limpiar cualquier hardware, antes de hacer cualquier cosa. La manera más fácil de limpiar el ventilador es utilizar una aspiradora con el accesorio de cepillo para desplazar y eliminar suavemente el polvo que se acumula en la rejilla. Empieza con el nivel más bajo de intensidad y solamente auméntalo si es necesario. Quizá quieras utilizar aire comprimido para eliminar primero los depósitos de polvo más resistentes y, de nuevo, debes empezar con ráfagas suaves; en lugar de lanzar un chorro a toda potencia.
A menos de que vivas con 300 perros y haya pelusas de polvo del tamaño de un burro en tu habitación, eso es lo máximo que tendrás que hacer. La Xbox Series X es una consola relativamente nueva y la cantidad de polvo que afecta el rendimiento tarda años en acumularse. Por otra parte, si juegas en un habitación llena de pelos de perro, escamas de piel y fibras de alfombra; entonces una limpieza profunda implica abrir la consola.
Siempre desconecta el cable de alimentación, antes de abrir cualquier dispositivo eléctrico. Primero que nada, necesitas quitar los dos adhesivos de la parte trasera de la consola: la que está encima de los puertos de conexión y la de la garantía. Hay tornillos debajo de cada uno y necesitarás una broca de destornillador T8 para sacarlos. No te preocupes por la garantía; abrir tu consola no la nula, claro, a no ser que rompas algo.
Una vez que los hayas desatornillado, podrás desprender la parte trasera de la carcasa. Empieza por la parte inferior y no hagas demasiada fuerza: debería abrirse fácilmente.
Ya está, así que ahora puedes aspirar suavemente todo el polvo con un limpiador profundo o una aspiradora portátil en su configuración más baja. También funciona un trapo o un cepillo de maquillaje. Esto es más fácil de ver que de leer, así que aquí hay un gran tutorial de YouTube que te guía a través de todo el asunto y te muestra cómo el aire se mueve a través de tu consola.