El experimentado fabricante de automóviles, Chrysler, está dispuesto a unirse a otros competidores estadounidenses en el mercado de los vehículos eléctricos y lo ha demostrado esta semana en el CES 2022 con la presentación del elegante y blanco Airflow Concept.
No se trata sólo de un concepto llamativo diseñado para inspirar futuros modelos. Para Chrysler, que ahora forma parte de Stellantis (una fusión entre Fiat y Peugeot realizada en 2021), es una bandera del vehículo eléctrico en el suelo.
Chrysler ha dicho que tiene previsto lanzar al mercado su primer coche totalmente eléctrico en 2025 y que la totalidad de la gama de Chrysler pasará a ser eléctrica en 2028. Si es así, los fans de la compañía pueden esperar algunas tecnologías interesantes.
Aunque el Airflow no abre nuevos caminos en términos de apariencia general (no es un CyberTruck salvaje, por ejemplo), está repleto de la mayoría de las características, el rendimiento y la inteligencia que esperarías en un vehículo eléctrico de última generación.
El Airflow Concept, con tracción a las cuatro ruedas, se alimenta de dos baterías de 150 kW situadas en la parte delantera y trasera del coche. Soportan la carga rápida y entregan un coche con una autonomía de entre 563 kilómetros a 643 kilómetros.
Es una medida aceptable, aunque no es el tipo de cifras que se esperan de un concept car. Lamentablemente, no se sabe nada de su aceleración de 0 a 100 km/h.
Tiene una amplia distancia entre ejes, un perfil bajo (que ayuda a la aerodinámica y a la autonomía del VE) y ruedas de 22 pulgadas. El chasis está adornado con luces LED animadas que gritan: "¡Soy inteligente y soy eléctrico!". El diseño también incluye un techo panorámico, que es de rigor en los vehículos eléctricos modernos.
Chrysler ha dotado al Airflow Concept de mucha inteligencia y capacidad de personalización. En el interior de lo que denomina STL Smart Cockpit hay asientos finos, tipo pedestal, y un volante de forma inusual que se sitúa junto a una pantalla de control mucho más grande.
Al lado hay otra pantalla para el pasajero. El sistema está impulsado por el nuevo STLA Brain de Chrysler, basado en la inteligencia artificial. Chrysler promete que este sistema ayudará a ampliar la vida digital del pasajero desde fuera del coche hasta dentro de él. Las pantallas, el infoentretenimiento e incluso los colores de la iluminación se ajustarán a las preferencias y gustos del pasajero.
Pero lo más importante es que el nuevo STLA AutoDrive soportará el nivel 3 de conducción autónoma.
Todos los sistemas STLA aceptarán actualizaciones por aire, lo que significa que la conducción autónoma podría subir de nivel y las experiencias en el coche podrían cambiar con el tiempo con nuevas funciones y capacidades.
Todo esto suena y parece emocionante, pero tampoco es nada que no podamos encontrar ya en, por ejemplo, un Tesla Model 3 o en las propuestas de competidores como GM, Ford y BMW.
Para Chrysler, al igual que para cualquier otra empresa tradicional de automóviles, se trata de una lucha desesperada por abandonar los combustibles fósiles y entusiasmar a los clientes con un futuro de vehículos eléctricos con ellos.
Las ventas de Chrysler, al igual que las de GM, cayeron en 2020 y 2021 (culpa de la escasez de chips), mientras que las de Tesla crecieron.
¿El Airflow y el plan más agresivo para pasar a los vehículos eléctricos antes del final de esta década son las claves para recuperar la cuota de mercado perdida y mantenerse hasta bien entrado el siglo? Nadie lo sabe, pero el Chrysler Airflow Concept es muy bonito.
