A medida que el tiempo se atrasa y las noches se hacen más oscuras, cada vez más personas comienzan a experimentar síntomas del trastorno afectivo estacional (TAE). Si bien se pueden usar productos como las mejores luces para despertarse para ayudar, quienes lo padecen pueden sufrir síntomas como bajo estado de ánimo, fatiga y dificultad para dormir, lo que dificulta su funcionamiento diario.
Para obtener más información, he estado hablando con Kyle Crowley, un experto en nutrición de Protein Works . Analizamos cómo las opciones dietéticas específicas pueden ayudar a controlar los síntomas del trastorno afectivo estacional y las recomendaciones alimentarias más eficaces.
Sigue leyendo para descubrir los cinco alimentos principales que deberías comer y por qué son tu mejor opción para combatir la tristeza invernal en los próximos meses.
La vitamina D es un nutriente esencial que desempeña un papel fundamental en el equilibrio hormonal. Se puede obtener de forma natural a partir de la luz solar, pero se recomienda aumentar la ingesta de vitamina D durante el invierno a través de fuentes dietéticas, como las yemas de huevo, la carne roja y el pescado azul.
Los alimentos ricos en triptófano incluyen avena, plátanos y maníes. Una dieta baja en triptófano puede provocar una baja producción de serotonina, lo que puede provocar un aumento de los síntomas de ansiedad y depresión. Esta receta de batido es perfecta para empezar si no estás seguro.
La avena es una buena fuente de vitamina B, en particular la B6, que desempeña un papel en la función de los neurotransmisores y la regulación del estado de ánimo. Tomar un tazón de avena caliente también es reconfortante, lo que puede resultar relajante durante los meses fríos y oscuros.
Desde los arándanos hasta las fresas, las bayas son excelentes para combatir el efecto negativo del estrés a través de la vitamina C. Comer bayas en el desayuno puede prepararte para el día que comienza, especialmente porque pueden mejorar el estado de ánimo dentro de las dos horas posteriores a su consumo.
Las semillas de lino son una gran fuente de omega-3, que ayuda a aumentar los niveles de dopamina y serotonina. También tienen un alto contenido de tiamina, una vitamina B que aumenta la energía y la estabilidad del estado de ánimo. Las semillas de lino también contienen magnesio, un mineral relajante que reduce el estrés y mejora la producción de energía.
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