Toyota es una empresa muy interesada en el espacio, sobre todo en la creación de vehículos que lleven astronautas a la Luna. Quizá la empresa japonesa sepa algo que nosotros ignoramos, porque acaba de presentar otro vehículo espacial: su prototipo Space Mobility.
Este buggy de cuatro motores funciona con baterías de alta densidad e incorpora, como no podía ser de otra forma, un motor en cada rueda para ofrecer el máximo control y precisión en terrenos abruptos.
Según Toyota, es capaz de "desplazarse por rocas de hasta 50 cm de altura y subir grandes pendientes de 25 grados". En la Luna hay muchas, así que probablemente sea algo bueno.
Con sus 3.460 mm de largo, es pequeño y probablemente sólo tenga espacio para dos exploradores espaciales a la vez. Pero con esos enormes neumáticos, la jaula protectora reforzada y un sistema de suspensión increíblemente potente, ¿no seremos los únicos que queremos probar uno un poco más cerca de casa?
Las probabilidades de que eso ocurra son escasas (¡pónganse en contacto, chicos!), pero Toyota sigue adelante con una serie de vehículos de exploración extraterrestre, como el recientemente anunciado Baby Lunar Cruiser y el papá Lunar Cruiser.
Se trata de un vehículo lunar presurizado diseñado en colaboración con la JAXA (Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial) para contribuir a sus misiones internacionales de exploración espacial.
Según Toyota, la superficie lunar tiene "una sexta parte de la gravedad de la Tierra, experimenta temperaturas que oscilan entre -170 y 120 grados centígrados, se encuentra en el vacío total, está inundada por una fuerte radiación y está cubierta de arena lunar (regolito)".
Debido a este hecho, tiene que desarrollar una tecnología que permita a sus astronautas explorar de forma segura y cómoda más superficie lunar que nunca. Parte de este proyecto se centrará en perfeccionar la tecnología de pilas de combustible de Toyota para anular los inconvenientes de tener que cargar vehículos eléctricos en la Luna.
Si en la Tierra no puedes encontrar una estación de carga que funcione (y que no requiera suscribirse a un millón de aplicaciones de pago diferentes), las posibilidades de encontrar una en la Luna son escasas.