Spider-Man: Sin camino a casa ya está disponible en los cines de todo el mundo, que enfunda a Tom Holland en el traje de Spidey por sexta vez en cinco años. A estas alturas ya habrás oído que la película está teniendo una recepción bastante positiva y que los fans ya han perdido la cabeza en múltiples ocasiones a lo largo de la película (yo debería saberlo, soy uno de ellos). A pesar de esto, no puedo creer que Spider-Man: Into the Spider-Verse haya ejecutado mejor ciertos elementos.
Sin camino a casa ha hecho lo que antes se creía imposible. Reúne a tres generaciones de Spider-Man con Tobey Maguire y Andrew Garfield que regresan a la acción junto a Tom Holland para un encuentro épico contra su grupo de villanos de todas las épocas. Es un espectáculo maravilloso, incluso especial.
Como alguien que creció viendo la trilogía de Raimi cuando era niño, antes de pasar al dúo de Marc Webb durante mi adolescencia, y ahora un "hombre" adulto con el MCU, ver a tres Spider-Man de live-action juntos es salvaje. Completa y absolutamente salvaje. Sólo en mis sueños más salvajes podría suceder esto. Y sin embargo, una película de animación de los guionistas de La gran aventura de Lego hizo una versión de esto tres años antes.
Spider-Man: Into the Spider-Verse fue uno de los más grandes shocks de 2018. Aunque la mezcla de animación por computadora con las técnicas tradicionales de dibujo a mano de los cómics (por no mencionar la banda sonora) fue una revelación por sí misma, la idea de reunir múltiples versiones diferentes de Spider-Man de todo el multiverso en la gran pantalla fue lo que realmente hizo que no se pareciera a nada que hubiéramos visto antes.
Fue grande, audaz, aventurera y ambiciosa, ofreciéndonos una perspectiva contrastada a través de los ojos de Miles Morales (que recibe un guiño en No Way Home, pero todavía estamos esperando su debut en live-action), todo ello mientras se equilibra con otras cinco interpretaciones del personaje. No es una hazaña fácil. Tal vez se deba a que la animación es más flexible, en general, pero me pareció que muchas de las idas y venidas entre todos los Spider-Men (¿Spider-people?) funcionaban mejor aquí. Tal vez sea por el guión. Tal vez porque todo era nuevo y miraba hacia el futuro, en lugar de apoyarse en el pasado.
La nostalgia es una herramienta peligrosa en Hollywood. Todos somos culpables de caer en ella. La notalgia es una herramienta peligrosa en Hollywood. Todos somos culpables de caer en ella. Algunas películas la manejan bien, otras te la hacen pasar por la garganta hasta que te atragantas con ella. Spider-Man: Sin camino a casa se inclina hacia el lado positivo, pero sigue siendo excesiva.
Como mucha gente, quedé en shock cuando Garfield y Maguire aparecieron cerca de la mitad de la película. En mi mente pensé que aparecerían al final, saludarían, lucharían contra los malos y volverían a sus propios universos en lo que sólo acabaría siendo un breve pero memorable cameo extendido. Pues no, son esencialmente personajes principales de la segunda parte.
En Spider-Verse, se abre con un montaje de referencias a los momentos más memorables de Spider-Man (incluida la infame escena de baile de Spider-Man 3) y eso fue suficiente. Sin camino a casa es un divertido viaje en coche con amigos con los que has perdido el contacto y con los que sabes que no volverás a hablar después. Mientras que Spider-Verse es una montaña rusa llena de cohetes con tu nuevo mejor amigo en una aventura de la que hablarás durante años. Ambas son geniales, pero solo una durará mucho tiempo.
¿Qué opinas de la última película de Spider-Man? No dejes de leer nuestro final de Spider-Man: Sin camino a casa explicado, incluyendo esas escenas post-créditos y lo que todo esto significa para el futuro del MCU. También checa en qué parte de la línea temporal del MCU se sitúa este filme, en el enlace.
