Si pensabas que los audífonos que controlan tu frecuencia cardíaca eran impresionantes, Samsung tiene algo aún más interesante en desarrollo. Está trabajando en unos audífonos que pueden leer tu mente… bueno, más o menos.
Samsung ha desarrollado un prototipo que llama "Ear-EEG", un dispositivo del tamaño de un audífono que se coloca alrededor de la oreja y contiene un electroencefalograma en miniatura. Un EEG mide la actividad eléctrica del cerebro y, en este dispositivo, esa actividad se transmite a través de una interfaz cerebro-computadora a las aplicaciones correspondientes.
Si estás pensando "apuesto a que esto se va a utilizar para publicidad", puede que tengas razón.
Una de las aplicaciones descritas por Samsung es "informar sobre decisiones relacionadas con el marketing o el entretenimiento". Pero la empresa también está interesada en posibles aplicaciones de salud, entre las que se pueden incluir "la gestión del bienestar mental y productividad".
El sistema "Ear-EEG" se ha desarrollado en colaboración con el Departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Hanyang y está diseñado para realizar un monitoreo EEG en el mundo real, en lugar de en el laboratorio o en un centro médico.
Una de sus aplicaciones es la detección de la somnolencia, que según Samsung podría utilizarse para mejorar la eficiencia del aprendizaje "en la educación y más allá".
La otra aplicación citada es la publicidad antes mencionada. Samsung afirma que, al aplicar un modelo de inteligencia artificial a las lecturas de ondas cerebrales, el Ear-EEG "identificó las preferencias personales de video de los participantes con una precisión del 92,86 %". Según la empresa, esto apunta a posibles aplicaciones en "neuromarketing y entretenimiento".
Este producto aún está lejos de estar listo para su comercialización, ya que sigue siendo bastante voluminoso, pero forma parte de una amplia y enorme inversión en tecnología wearable.
Samsung también ha anunciado la implementación exitosa de un monitor inteligente basado en IA para la detección temprana de la disfunción sistólica del ventrículo izquierdo (LVSD), responsable de casi la mitad de todos los casos de insuficiencia cardíaca y más mortal que algunos tipos de cáncer.
A largo plazo, esto podría resultar aún más útil.
