VEREDICTO T3
The Batman es una película del universo Extendido de DC que es meticulosa y llena de tensión y no pierde de vista las raíces en cómics del icónico vigilante. Su mezcla única de noir, horror, thriller psicológico y drama ofrece una historia suntuosa que está destila un estilo crudo, mientras que su elenco de estrellas, cinematografía y música vibrante mejoran el espectáculo. Algunos afirmarán que la trilogía de El Caballero de la Noche de Christopher Nolan es mejor pero, con o sin esas inevitables comparaciones, The Batman de Matt Reeves es otra entrada destacada en la franquicia cinematográfica en constante expansión del justiciero encapotado.
Pros
Cons
¿Cómo reinventas a Batman? Siendo un héroe que cuenta con una ilustre historia de 80 años, incluyendo cómics, películas, programas de televisión y videojuegos, bajo el cinturón del legendario justiciero, es una pregunta con la que se han enfrentado muchísimas personas en múltiples industrias creativas.
Podría decirse que The Batman siente más presión que sus predecesoras en film cuando se trata de responder esa duda. Esta última versión cinematográfica del icónico superhéroe es la tercera reinvención en menos de 20 años, algo que podría llevar a la audiencia a hartarse del personaje. Aquí hay que sumar la reacción inicial de los fanáticos cuando seleccionaron a Robert Pattinson como Batman / Bruce Wayne, su clasificación apta para menores de edad (PG-13) y su retraso debido a la pandemia, y la verdad es que The Batman podría haber sido un desastre de todo a todo.
Sin embargo, a diferencia de los criminales en Gotham City, los espectadores pueden dejar de lado sus temores sobre la próxima aventura en la pantalla grande del Hombre Murciélago. The Batman es una versión cautivadora, llena de tensión y agradablemente mesurada del Caballero de la Noche que sale bien librada pese a las expectativas negativas de algunos. Y, aunque la franquicia cinematográfica del superhéroe puede no haber necesitado esta nueva entrega, The Batman también da nueva vida a la serie de películas del Justiciero de Gotham, como lo hizo el Spider-Man de Tom Holland para la franquicia cinematográfica del héroe arácnido.
Ambientada durante el segundo año de su carrera en la lucha contra el crimen, The Batman sigue al superhéroe titular, Bruce Wayne (Pattinson), mientras persigue a The Riddler (Paul Dano), un asesino en serie que tiene como objetivo a la élite de Gotham en la semana posterior a Halloween. Pero, a medida que la ola de asesinatos perpetrados por The Riddler, lleva a Batman por un camino de corrupción y conspiración que se conecta con el legado de la familia Wayne, nuestro héroe se ve obligado a enfrentarse sus propios demonios, así como a los que azotan la ciudad.
Inmediatamente, The Batman se ubica en un territorio inusual. Esta no es una historia tradicional sobre el origen de Batman: no está la escena de la muerte de Thomas y Martha Wayne, no hay entrenamiento o el viaje de regreso a casa antes de que Bruce tome el papel de playboy de día y héroe justiciero por la noche. Aquí, Batman ya está establecido como un héroe renegado, aunque algo inexperto, que sirve a Gotham y a nadie más. Es un rebelde con causa, pero cuya visión del mundo está dictada en gran medida por un trauma infantil.
La decisión narrativa de centrarse únicamente en la incipiente carrera de vigilante de Batman es algo que algunos espectadores pueden encontrar algo extraña, particularmente después de la trilogía Dark Knight de Christopher Nolan. Dado que su mundo está preestablecido, The Batman ocasionalmente se siente como la segunda entrega de una nueva serie de películas de Batman, o como una secuencia a manera de prólogo, que ha sido cortada inexplicablemente al plantear los eventos.
Sin embargo, The Batman funciona bien como la primera entrada en una potencial serie de películas del director Matt Reeves sin volver a pasar por el camino de la historia de origen tan trillado. Tomando prestado descaradamente el título de la primera película de Nolan, sabemos cómo comienza Batman. Volver a visitar su historia de fondo es totalmente innecesario, como lo fue para la introducción de Spider-Man en el Universo Cinematográfico de Marvel en Capitán América: Civil War.
Claro, The Batman sirve como punto de partida para las historias de origen de otros personajes: Selina Kyle (Zoë Kravitz) y Oswald Cobblepot (Colin Farrell), por nombrar dos. Y, aunque la forma en que se vuelven antihéroes o villanos se presenta de manera novedosa, los fanáticos ya saben quiénes son estos personajes antes de que experimenten esas transformaciones. The Batman respeta lo suficiente a su audiencia como para renunciar a presentaciones de personajes demasiado largas y formales. Simplemente depende de nosotros reconocer a estos personajes y sus roles en los hechos que se desencadenan, y disfrutarlos sin explorar nuevamente los comienzos del mito de Batman.
En cuanto a la historia, The Batman se siente distinta en la forma en que aborda la trama desde una perspectiva material de origen.
Por un lado, se apoya en gran medida en áreas de la historia en cómic del justiciero que no se han explorado en profundidad en una adaptación cinematográfica. Las habilidades de detective de Batman se han pasado por alto en gran medida en proyectos de acción anteriores, así que es genial ver que son aprovechadas en todo momento. Ver a Batman usar regularmente su intelecto (para resolver los acertijos y enigmas de The Riddler) y los dispositivos, incluido el gancho de agarre y la cámara integrada en los lentes de contacto, es muy gratificante. Hemos visto las facetas de luchador e inventor de Batman antes, pero es genial ver que se destaca el lado investigador del personaje.
Al inclinarse hacia el lado detective del personaje, la trama de The Batman es una propuesta lenta pero –en última instancia– necesaria. Con un tiempo de ejecución de casi tres horas, la narrativa de The Batman se desarrolla a un ritmo metódico. Aun así, es lo suficientemente ágil en su ejecución, con ritmos clave de la historia espaciados uniformemente para garantizar que no se pierda en los momentos vitales. Hay partes en las que se siente un poco lenta, por ejemplo, en el segundo acto, donde la persecución de Batman para atrapar a Riddler pasa a un segundo plano para que Bruce Wayne investigue el pasado de su familia. Pero, en general, The Batman recorre su historia a un ritmo agradable; tanto es así que las casi tres horas que dura casi no se sienten.
Batman aparentemente también toma prestadas algunas cosas de otros cómics de DC. Sus escenas iniciales tienen un aire de Watchmen, con un asesinato en un edificio de gran altura y la voz en off de Pattinson (al estilo de Rorschach) establece paralelos con la icónica serie de cómics de Alan Moore y Dave Gibbons. Es curioso que se le rinda homenaje a esta novela gráfica, sobre todo porque los cómics de Batman son igual de crudos. Aún así, es un guiño bastante cool por parte de Reeves.
The Batman retoma también los elementos de terror y suspenso psicológico que se encuentran con frecuencia en los cómics del superhéroe. Las escenas que involucran a The Riddler son espeluznantes, siniestras y sí asustan, mientras que sus artilugios tipo Saw, aunados a las tomas al estilo de Blair Witch Project crean una verdadera sensación de terror.
Las secuencias en las que Batman sale de las sombras generan igualmente una atmósfera perturbadora antes de que su silueta aparezca en la pantalla. Es un testimonio del trabajo realizado por el compositor Michael Giacchino y el director de fotografía Greig Fraser, cuya ominosa partitura y uso espeluznante de la iluminación y la ubicación de la cámara brindan la cantidad adecuada de tensión cuando es necesario.
Hay algunos aspectos de The Batman que los fanáticos acérrimos pueden odiar. Hay algunas desviaciones sutiles del material de origen, pero estas están dictadas en gran medida por los cómics de Batman o Catwoman que los espectadores podrían haber leído (o no). Los cinéfilos en general no perderán el sueño por ello, pero estos cambios podrían decepcionar a algunos fanáticos.
Sin embargo, quizás el aspecto más agradable de The Batman es lo sintonizado está el elenco con los roles que interpretan. Colin Farrell da frivolidad y violencia a la encarnación de Penguin en esta era temprana de la historia de Batman, mientras que los actores Jeffrey Wright, Andy Serkis y John Turturro realmente se han metido en la piel de sus personajes: el teniente Jim Gordon, Alfred Pennyworth y Carmine Falcone, respectivamente.
Pero es el triunvirato clave de The Batman el que realmente sobresale. Pattinson, en particular, muestra por qué sus detractores se equivocaron al criticar que lo hayan elegido. La ex estrella de Crepúsculo ofrece una actuación sólida y dominante como Batman, mientras que su interpretación de un Bruce Wayne taciturno habla de la naturaleza solitaria del multimillonario y el trauma infantil profundamente arraigado. Pero su Batman es falible: un intelectual que, a pesar de lo brillante que es con los puños, está lejos mental y físicamente de ser el Batman final. Es un alma torturada que encuentra un propósito rabioso en castigar a los criminales de Gotham, pero todavía lucha con la culpa por la muerte de sus padres, un problema agravado por el juego de The Riddler con Batman/Wayne a medida que avanza la película.
Hablando de The Riddler, Paul Dano brilla como el antagonista sádico, trastornado y coercitivo del héroe de Pattinson. Con su propio trauma de larga data, el Riddler de Dano es una especie de villano trágico: un personaje con el que puedes llegar a simpatizar incluso si sus motivos son detestables. Poner a Batman en confrontación con un villano que es su reflejo fiel, es una elección narrativa que se ha utilizado numerosas veces en otras historias de Dark Knight. Sin embargo, aquí adquiere un mayor significado emocional debido a la crianza sorprendentemente análoga de ambos y al elaborado juego del gato y el ratón que se desarrolla.
No obstante, es la Selina Kyle de Kravitz el verdadero corazón emocional de la historia. Esta puede ser una película centrada en Batman pero Kyle es central en cómo se desarrolla la trama, y ciertamente hay sospecha (casi inalienable) de que ella es la fuerza motor de los sucesos que vemos en pantalla. En The Batman, Kravitz entrega un personaje de múltiples capas que es tan feroz, seductor y apasionado como cualquier Selina Kyle que hayamos visto antes, tal vez más, de hecho. La química eléctrica de Kravitz y Pattinson también se siente natural, aunque hay veces en que la magia no aparece. Sin embargo, dados los coqueteos de la pareja en los cómics, no sorprende que esa relación aparezca en todo momento.
The Batman puede parecer solo otra interpretación de las obras literarias del héroe legendario, pero es mucho más que eso. Cada faceta de su desarrollo, desde su trama fascinante al estilo de una novela noir y simbolismo del siglo XXI, hasta su elenco consumado y escenas de acción explosivas y de alto octanaje (esa persecución de autos de Batman/Penguin es una verdadera joya) ha sido creada con verdadero cuidado. Y se nota, ya que The Batman es una película asombrosamente buena que funcionaría igualmente bien incluso si sus personajes, mundo y trama no tuvieran nada que ver con el icónico héroe de DC.
Hay algunas quedas, incluido el uso excesivo de la pantalla verde, y su trama se hunde un poco durante su acto intermedio. Sin embargo, The Batman es una película excepcional que se mantiene firme frente a otras películas del Justiciero Encapotado , y supera los límites de lo que es posible en una película de superhéroes con clasificación PG-13.
Como era de esperarse, las comparaciones entre The Batman y la trilogía Dark Knight de Nolan son inevitables. Comparten el mismo ADN estilístico y tonal y, dada la reverencia que tienen las tres películas de Nolan, The Batman tiene que ser una película casi perfecta para eclipsar esas entregas.
No obstante, simplemente comparar The Batman con la trilogía de Nolan es hacerle un flaco favor. Esta es una película de Batman que se sostiene firmemente sobre sus propios pies, y sobresale en lo que hace. Parafraseando una cita famosa de The Dark Knight de 2008, The Batman puede no ser la película que necesita la serie, pero ciertamente es una que ella (y nosotros) merecemos.