Prey es un festival de acción y sangre que añade aún más encanto a la serie de films de Depredador

Si el director Dan Trachtenberg ofreció un giro astuto sobre lo que pueden ser las extensiones de universos cinematográficos con 10 Cloverfield Lane de 2016, lo vuelve a hacer con su entrada de la serie Depredador (Predator), Prey. Rechazando cualquier tentación de ser más grande y extravagante, o simplemente de complacer la nostalgia, Prey es una bestia que se acomoda mejor a un lado de la saga que la mayoría de las variantes de IP... Es como un pariente de sangre (verde), no un paquete de expansión de las películas previas.

Reubicando la saga, Trachenberg elimina el concepto central de Depredador y lo reconstruye en formas de supervivencia feroces y con cuerpo. Y luego, lo que es más importante, se divierte muchísimo encontrando formas de aumentar el número de cráneos.

Amber Midthunder logra el objetivo de engancharte como la joven comanche Naru. El año: 1719. El lugar: las Grandes Llanuras del Norte. Mientras Naru quiere cazar como parte de un rito de iniciación, la guerrera Taabe (Dakota Beavers) dice que no está lista. Pero a pesar de su corta edad e inexperiencia, es una buena rastreadora. Ella conoce su territorio. Cuando encuentra una serpiente desollada y una enorme huella, sabe que ningún oso hizo eso. Y cuando el aire brilla mientras lucha por su vida, Naru sabe que la acecha un nuevo peligro.

Construyendo el entorno y el personaje con cuidado, Prey nos da una pista creíble en un escenario que puedes sentir. Mientras que 10 Cloverfield Lane hizo que el cine de un solo set fuera atractivo, Trachtenberg aquí aprovecha al máximo un paisaje más amplio, navegando entre tomas aéreas en expansión y primeros planos accidentados para evocar su belleza mortal. Y es mortal, como lo demuestran las secuencias de pantanos y los encuentros cercanos letales (y ursinos).

En este contexto, el Yautja (Dane DiLiegro) afirma rápidamente su estatus alfa. Provocando al público con atisbos del monstruo con mandíbulas que se asemeja a un demonio de las llanuras altas, Trachtenberg aumenta la sangre y el suspenso meticulosamente antes de desatar todo el conjunto de habilidades de la criatura.

Una masacre a mitad de la película no solo vincula a Prey con Depredador 2 (y con el cómic 1718), también se deleita en el espectáculo indecentemente emocionante del Yautja en el trabajo con un efecto perversamente inventivo. Y Midthunder demuestra ser una adversaria más que digna. Asustada pero decidida, capaz pero estirada, emerge como la protagonista más interesante de la saga hasta el momento.

Para cuando llega la pelea final, con la excelente partitura de Sarah Schachner rugiendo, te has vuelto un fan por completo de Naru y la apoyas mientras su ingenio resuelve pistas sutilmente sembradas a lo largo de la película. Por su parte, Trachtenberg ha resuelto cómo darle al Yautja su merecido. ¿La mejor variante de Depredador post-Schwarzenegger? Indudablemente. ¿La mejor película de Depredador per se? Decisión difícil, pero algo es seguro: Prey hace su trabajo y lo hace muy bien.