VEREDICTO T3
Con su impresionante recreación de los lugares más queridos de Harry Potter y sus emocionantes combates, Hogwarts Legacy tiene definitivamente grandes momentos. Lamentablemente, intenta hacer demasiadas cosas a la vez, y nunca acaba de encontrar un ritmo cómodo, o de aprovechar la experiencia del jugador contra las leyes establecidas del mundo mágico.
Pros
Cons
Hogwarts Legacy lucha por equilibrar la autenticidad con la acción, aunque hace un buen trabajo ocultando la tensión entre sus sistemas superpuestos de juego de rol, mundo abierto y acción-aventura. Estar junto al Gran Lago, contemplando el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, es innegablemente impresionante. Tal y como lo es recorrer los valles que rodean Hogsmeade en escoba, echando un vistazo a sus numerosas torres atravesando un cielo estrellado; o contemplar la sombra del inmenso castillo en algún horizonte lejano, mientras luchas contra bestias y magos oscuros en las profundidades del Bosque Prohibido y más allá.
Harry Potter y la Piedra Filosofal, y las obras que le siguieron, establecieron un fascinante mundo de fantasía lleno de magia, monstruos, costumbres y política. Lo exploramos desde la perspectiva del Niño que Vivió, aunque lo que realmente llamó la atención fue el Colegio al que asistió. Hogwarts se convirtió en una vía para la aventura y los deberes extraños, donde los niños elegidos podían dominar la hechicería y descubrir misterios entrelazados a través de la estructura del castillo.
A un nivel superficial, Hogwarts Legacy entiende esto perfectamente. Por eso puedes pasarte horas recorriendo pasillos llenos de laberinots. Puedes maravillarte con su grandiosa arquitectura. Para perseguir apariciones, buscar secretos y escuchar a los estudiantes discutir sobre los puntos de las casas sin interrupción. Hogwarts Legacy clava esta parte de la fantasía con una ambiciosa recreación de los terrenos del colegio, pero al final tienes que salir en busca de interacciones.
La desarrolladora Avalanche Software prometió que Hogwarts Legacy nos permitiría "experimentar la vida como un estudiante del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería". Esto es cierto, ya que podrás asistir a una selección de clases maravillosamente diseñadas: Astronomía, Encantamientos, Defensa contra las Artes Oscuras, Herbología, Historia de la Magia, Pociones y Transfiguración, y asignaturas optativas como Cuidado de Criaturas Mágicas y Adivinación. Pero estas sesiones son breves, escasas oportunidades de sentirte un estudiante normal de Hogwarts antes de que una verdad oculta del mundo de los magos exija toda tu atención.
Por mucho que lo intentes, no eres normal. Eres un personaje creado a medida con más opciones de ropa y peinado que el estudiante promedio, y el poder de aprovechar una antigua forma de magia. Esta energía latente desde hace mucho tiempo tiene el poder de crear o destruir, y tu potencial hace que te envíen a un internado como alumno de quinto curso de admisión tardía. Salva el mundo de los magos y ponte las pilas antes de los exámenes O.W.L. Se trata de una premisa narrativa compleja, incluso antes de tener en cuenta la creciente amenaza de bestias corruptas, magos oscuros, cazadores furtivos y rumores de una rebelión de duendes.
Se trata de un marco desordenado, incluso para una aventura que claramente aprendió algunas lecciones en la Escuela de Diseño de Juegos de Mundo Abierto de Assassin's Creed. Avalanche construyó una recreación estéticamente auténtica de Hogwarts y Hogsmeade, y dio vida a las olvidadas aldeas que rodean a estas dos atracciones principales.
La atención al detalle es a lo largo de todo el juego asombrosa, con los espacios a medio camino entre sus vívidas descripciones sobre el papel y la forma en que fueron capturados en una película. Es un mundo en el que te gustaría vivir. Es una pena, entonces, que esta atención a la autenticidad no se aplique con coherencia: el mundo de los magos establecido está decorado para ser envuelto en una capa de invisibilidad cuando sea necesario.
Los profesores hablan de la importancia de los estudios, pero hay pocas oportunidades de dedicarse a las tareas escolares fuera de las misiones principales. Los estudiantes hablan a veces de castigos que nunca llegan, independientemente de si estás cultivando recursos en el Bosque Prohibido o lanzando Maldiciones Imperdonables contra cualquier cosa que tenga una barra de salud. Las excursiones a Hogsmeade no se limitan a los fines de semana, lo que resta importancia a lugares mágicos como el Pasadizo de la Bruja Tuerta. Hogwarts tiene toque de queda, pero sólo entra en vigor para apoyar misiones de sigilo poco soportables. Hogwarts Legacy no es una simulación.
A veces desearás que lo fuera, nosotros lo hemos deseado. Hogwarts Legacy se preocupa poco por las normas que rigen el mundo de los magos, y hace un mal trabajo a la hora de comunicar lo que está permitido y lo que no. Para ser un colegio de 1.000 alumnos, los pasillos, aulas y salas comunes son sorprendentemente escasos, y los estudiantes con los que te cruzas tienen puntos de diálogo e interacción poco frecuentes. Si hay un juego que pide a gritos minijuegos incidentales (Exploding Snap, Wizard's Chess, Gobstones), ése es Hogwarts Legacy, aunque ofrece pocas oportunidades para simplemente existir fuera de la aventura.
Si Hogwarts Legacy no es una simulación de la vida de un estudiante de Hogwarts, ¿qué es? Es un juego de rol de acción en el que te pones en la piel de una bruja o un mago con una gran propensión a la acción. Afortunadamente, el combate es sólido y sorprendentemente desafiante una vez que la misión principal se asienta en su ritmo: exploración minuciosa de entornos, intercalada con acción de alta energía. Hogwarts Legacy destaca en sus momentos más caóticos, en los que se intercambian coloridos hechizos ofensivos y defensivos con grupos de magos oscuros y goblins imbuidos de energía, y la pantalla es un caos de efectos de partículas brillantes que nunca deja de impresionar.
Hay pocos RPG en tercera persona que te permitan blandir la magia a esta escala, y Avalanche ha hecho todo lo posible por adentrarse en territorio inexplorado. En Harry Potter, la magia se basa en gestos cuidadosos y conjuros instintivos, una pesadilla para la experiencia de usuario, con 26 hechizos que aprender y pocos botones a los que asignarlos.
La solución de Avalanche es que desates un golpe rápido (que se convierte en un combo) con R2, y luego mantengas pulsado el gatillo para asignar hechizos más impresionantes (que se refrescan con un tiempo de reutilización) a los cuatro botones frontales del DualSense. Finalmente, puedes alternar entre cuatro conjuntos de hechizos con el pad direccional. Es un poco complicado, pero funciona.
Las combinaciones rápidas de hechizos son realmente mágicas. Desarmar a un enemigo con Expelliarmus, lanzarlo por los aires con Levioso y luego prenderle fuego con Incendio es estimulante, como lo es lanzar la amenaza en llamas contra un grupo de enemigos con Depulso o estrellar al grupo contra el suelo con Descendo. Algunos enemigos lanzan escudos Protego que requieren hechizos específicos para romperlos; lanzar tu propio amuleto de escudo en el momento adecuado enviará un rayo de Estupefacción de vuelta al cuerpo a cuerpo para ayudar a mantener las multitudes controladas.
Es vigorizante. Mantener los combos y evitar el daño carga un antiguo medidor de magia, lo que te permite desatar un poderoso ataque, destripando lo que sea que tengas como objetivo; Avada Kedavra, sin toda la carga.
Hogwarts Legacy no contempla tu moralidad dentro del mundo de los magos. Todo lo que sabemos sobre la franquicia de Harry Potter nos inclina a pecar de cautelosos, sobre todo porque los árboles de talentos nos permiten adentrarnos en el tipo de magia que haría que nos expulsaran de Hogwarts y nos metieran en Azkaban.
Pero a Hogwarts Legacy no le importa lo que hagas ni a quién se lo hagas. Ofrece constantemente la ilusión de que puedes elegir, pero nunca llega a introducir ninguna consecuencia. No es que al juego le falte algún tipo de sistema de moralidad, es que la falta de cualquier reacción razonable a tus acciones debilita aún más cualquier esencia de juego de rol.
Donde Hogwarts Legacy se parece más a un "RPG" es en su confusa economía, que sustenta la progresión y la supervivencia. El aumento de las capacidades ofensivas y defensivas no está ligado a tu creciente destreza como hechicero, sino a una interminable selección de sombreros, bufandas y capas desechables.
Los puntos de talento no se acumulan preparándote para los exámenes de la O.W.L., sino en función de tu nivel general, que aumenta gradualmente a medida que incapacitas enemigos y superas desafíos: mata 60 arañas, explota globos con tu escoba, busca cientos de páginas de la tradición del mundo, traza constelaciones en el cielo nocturno, etc. El equipo que quieras mejorar puede mejorarse, pero los recursos se emplean en gran medida en el complicado aseo, la alimentación y la cría de bestias fantásticas, todo ello sujeto a temporizadores que no se controlan en la red de menús.
Al igual que muchos juegos de rol de acción modernos, Hogwarts Legacy sufre de sobrecarga fuera de sus misiones principales (a menudo muy imaginativas). Cuanto más te adentras en la aventura, más vacías se vuelven las misiones secundarias, más monótonas son las actividades (no se trata de abrir cerraduras mágicas) y más escasos son los entornos: Hogwarts Legacy introduce una zona completamente nueva llamada Poidsear Coast, y es tan árida como hermosa.
Hogwarts Legacy intenta construir una imagen más representativa del mundo de los magos. De los cuatro estudiantes que aparecen en pantalla durante la aventura, uno es un alumno trasladado de Uagadou, una escuela de magos africana, y otro es un estudiante ciego que se guía por Hogwarts con su varita. Una bruja transexual es un pilar de confianza de la comunidad de Hogsmeade, y los profesores aportan su experiencia desde todos los rincones del planeta.
Para una franquicia con una diversidad históricamente pobre, Hogwarts Legacy al menos da pasos para reflejar más fielmente la inclusividad en el corazón de la comunidad de Harry Potter, y hacer que el mundo mágico parezca extenderse realmente más allá de las fronteras del Reino Unido.
Hogwarts Legacy es un primer intento sólido. Si de algo se puede acusar a Avalanche es de haber intentado hacer demasiadas cosas a la vez. Algo siempre iba a fallar, entre el enorme mundo abierto, la complicada economía de RPG, el emocionante combate de acción y la historia de aventuras que quiere convertirte en un héroe con deberes para el lunes. Pero se puede ver un mundo en el que una secuela lima algunos de los bordes más ásperos, y se asienta en un equilibrio más fino entre las exigencias de una experiencia interactiva y la tradición del mundo de los magos.
