La idea de sumergirse en agua helada no es agradable para nadie. Si lo has experimentado alguna vez, ya sea por accidente o no, sabrás que el shock puede sobrecargar tu cuerpo. No estamos hablando de darse un baño en el río local (pero lee sobre los beneficios probados de la natación salvaje si te interesa), esto es aún más frío.
Las investigaciones sugieren que quienes se dan baños de hielo con regularidad pueden beneficiarse de múltiples maneras, y muchos afirman que les ha cambiado la vida a mejor. Sí, todos hemos oído que te hace sentir muy bien, e incluso lo hemos probado después de entrenar. Por eso hemos recopilado los 5 beneficios principales de los baños de hielo, para que tengas todo lo que necesitas antes de lanzarte (¡literalmente!).
Al exponer tu cuerpo a temperaturas frías durante cortos periodos de tiempo, puedes provocar un cambio en tu nivel de secreción hormonal. Por ejemplo, los estudios han demostrado que tu nivel de norepinefrina aumenta durante la exposición al agua fría, la hormona responsable de regular la atención, la concentración y la energía. También se sabe que el agua fría envía impulsos eléctricos a tu cerebro, provocando un aumento del estado de alerta y la claridad.
El repentino cambio de temperatura que se produce al entrar en baños de hielo indica a nuestro corazón que necesita bombear más sangre a nuestros órganos. Esto mejora la circulación, da a la piel un brillo saludable y te hace parecer más vivo. Hacer esto de forma regular puede ayudar a promover una circulación sanguínea saludable, especialmente a largo plazo.
Puede que pienses lo contrario, pero tomar baños de hielo con regularidad también puede hacer que duermas mejor. El efecto del agua fría estimula nuestro sistema nervioso parasimpático, que ayuda a nuestro cuerpo a descansar y repararse. Esto hace que tu cuerpo pase de un estado de estrés a un estado más relajado, promoviendo una sensación de calma y llevándote a una noche de sueño reparador.
Cuando te das baños de hielo, la descarga de adrenalina hace que te concentres en tu respiración por encima de cualquier otra cosa, por lo que es una gran forma de ejercicio para la atención plena. La liberación de norepinefrina también ayuda a producir una sensación de calma, por lo que ayuda a aliviar síntomas de salud mental como la ansiedad y la depresión.
Como descubrimos en nuestra experiencia, los baños de hielo son ideales después de entrenar. El agua fría reduce la hinchazón y la descomposición de los tejidos, alejando el ácido láctico de los músculos. Esto alivia parte de la sensación de inflamación y dolor muscular tras una larga carrera o un duro entrenamiento.
Lo mejor es empezar con unos minutos. Luego puedes ir aumentando esos minutos cada vez que te des uno. También se cree que después de unos minutos, los baños de hielo no hacen mucho por ti, así que lo mejor es no excederse. Hagas lo que hagsa, no sobrepases los 10-15 minutos, ya que es entonces cuando la temperatura de congelación prolongada puede resultar peligrosa.