Los smartwatches han sido criticados durante mucho tiempo por ser dispositivos elegantes y sellados que se convierten en casi desechables una vez que se rompe la pantalla o se agota la batería.
Esto cambia con el nuevo Pixel Watch 4, el primer smartwatch comercial diseñado con batería y componentes de pantalla reemplazables.
Para que quede claro, Google no incluye piezas de repuesto en la caja. En cambio, el reloj ha sido diseñado de manera que, si la pantalla se rompe o la batería se degrada, esos elementos se pueden sustituir a través de un servicio autorizado o de futuros programas de autorreparación.
Se trata de un cambio de diseño sutil, pero en la práctica representa un gran avance: los usuarios ya no tienen que sustituir todo el dispositivo cuando se desgastan los puntos de fallo más comunes, lo que reduce los residuos electrónicos.
Hasta ahora, la industria no ha recibido con los brazos abiertos la reparabilidad. Tanto Apple como Samsung cuentan con programas de reparación centralizados, pero sus relojes están herméticamente sellados.
Incluso con la iniciativa de reparación autoservicio de Apple, los relojes siguen quedando excluidos. Garmin ofrece sustituciones reacondicionadas en lugar de un servicio modular.
Hay excepciones: el Polar Grit X2 permite a los clientes enviar su dispositivo para cambiar la batería, lo que prolonga su vida útil.
Fuera de la corriente principal, startups centradas en la ecología como Fairphone han demostrado que el diseño modular puede funcionar en smartphones y accesorios, pero esos ejemplos son nichos.
Existe una presión creciente en toda la industria tecnológica para que se respete el derecho a la reparación y se adopte un diseño centrado en la sostenibilidad.
La UE está legislando activamente para que las baterías de los dispositivos electrónicos portátiles puedan ser sustituidas por los usuarios a finales de la década de 2020. En este sentido, la reparabilidad del Pixel Watch 4 es tanto innovadora como favorable a la normativa.
No está tan claro si sus rivales seguirán su ejemplo. Apple y Samsung valoran las integraciones ultracompactas y el grosor mínimo, dos características que entran en conflicto con la modularidad.
Pero si Google se mantiene firme en este enfoque y la legislación sigue sigue siendo cada vez más estricta, el Pixel Watch 4 podría ser recordado como la primera ficha en caer en una nueva era de smartwatches reparables.