En los últimos años, Netflix se ha vuelto más y más experimental, tomando riesgos con proyectos que no se habrían estrenado en la plataforma de streaming en sus inicios. El último de ellos hace que El juego del calamar parezca increíblemente inocente, en comparación. Mi primer mandado muestra como pequeños niños japoneses van a cumplir encargos. El programa, conocida como Hajimete no Otsukai en Japón, se ha producido desde 1991 y, dentro de ella, los infantes de entre dos y cuatro años se adentran por las calles as tiendas y los lugares de trabajo para prepararse para la vida adulta.
El primer episodio comienza con un niño de dos años que es enviado al supermercado para comprar curry, pasteles de pescado de la marca Boten y flores. Es extraño ver a la madre del niño colocar al niño con una bolsa llena de dinero y una bandera amarilla para que haga señas a los coches y luego simplemente se aleje hacia el atardecer. No sabía si admirar la valentía de este chiquillo o suspirar horrorizado por su seguridad.
"Este mandado requiere realizar un recorrido de un kilometro", dice el narrador. "Esa distancia es un nuevo récord para un niño mandadero de dos años y nueve meses de edad", añade. Mi primer mandado es presentado como un documental y, sin embargo, tiene un aire más de programa de concursos. Utiliza música graciosa, un efecto de risas y el narrador hace chistes, mientras transmite palabras de ánimo. Es un concepto loco, pero hay algo más.
Haces una búsqueda rápida en Google y todo queda mucho más claro. Aunque es verdad que estos niños están explorando el mundo real por sí mismos, tienen cierto tipo de supervisión. Los padres y las personas que trabajan en el programa monitorizan dan seguimiento al pequeño, a lo largo de su camino, con controles de seguridad que se activan en la ruta establecida. Para evitar que alguien entre en pánico al ver a un niño de dos años caminando por el carril de la carretera, todos los adultos y los conductores están al tanto de lo que ocurre con anticipación.
Es un programa increíblemente popular que ha estado al aire desde 1991. Es fácil entender por qué, ya que, una vez que te das cuenta de que el niño no está en peligro, puedes disfrutar de lo autosuficientes que son muchos de estos pequeños, a veces más que muchos adultos de hoy en día.
En Japón, Mi primer mandado estrena un episodio de tres horas dos veces al año. Afortunadamente, Netflix ha sido sensato y lo redujo a 20 episodios de entre 10 y 20 minutos cada uno. Esto los hace más fáciles de ver, aunque también es tentador reproducir el siguiente. No puedo imaginar la logística que implicaría hacer este programa en Estados Unidos o en Europa. Razón por la que creo que nadie ha optado por hacer una producción parecida. Aun así, es un programa sano, aunque parcialmente loco, perfecto para ver el fin de semana.
Los 20 episodios de Mi primer mandado están disponibles en Netflix ¿Buscas más series para hacer un maratón de Netflix? Checa las mejores series de T3 para ver este mes.