Vivimos en la edad de oro de la televisión. La llegada de los servicios de streaming en los últimos años ha permitido a los usuarios un acceso inigualable a la televisión por demanda. En general, también han proporcionado acceso a los contenidos a un precio inferior al de los sistemas tradicionales, como la televisión por cable. Algunos siguen ofreciendo costos mensuales atractivos. Apple TV+, por ejemplo, puede adquirirse por sólo $99.00 MXN al mes.
Sin embargo, se trata de una minoría. Muchos de los principales servicios de streaming acaban de subir sus precios, en un intento por combatir la caída de las cotizaciones en bolsa. Y, según un análisis del Financial Times, eso ha inclinado la balanza a favor de los servicios tradicionales.
Una serie de aplicaciones de streaming populares es ahora más cara que un paquete equivalente de televisión por cable. Se trata de un estudio centrado en EE.UU., pero la premisa sigue siendo la misma: con unos precios que suben drásticamente y otras medidas para compartir contraseñas que reducen el valor, ¿sigue valiendo la pena el streaming? ¡Pues sí!
Aunque la carga financiera de tener varias suscripciones puede haber alcanzado la misma cifra que los antiguos estilos de visualización, su contenido sigue siendo sustancialmente mejor. Claro que no te va a gustar todo lo que se ofrece, pero lo más probable es que haya algo para ti.
Además, hay mucha más variedad en los servicios de streaming. Personalmente, hace tiempo que renunciamos a los paquetes de cable tradicionales. Tienen cosas buenas, pero también muchas repeticiones y otros contenidos que no tienen valor.
¿Por qué pagar por 200 canales que muestran alguna variación de Storage Hunters y Lizard Lick Towing? Por una fracción del precio, podrías acceder a un servicio de streaming lleno de programas originales y títulos antiguos cuidadosamente seleccionados.
Si se tiene en cuenta el contenido que se va a consumir (o, al menos, que se va a disfrutar consumiendo), los servicios de streaming ofrecen una relación calidad-precio mucho mejor. Tomemos Netflix como ejemplo.
Aunque a nosotros, como a la mayoría de la gente, no nos emocionaron los recientes cambios en el uso compartido de contraseñas y las subidas de precios, seguimos utilizando el servicio casi todos los días. Tiene tantos contenidos que siempre hay algo para ver, tanto si nos sentimos aventureros como si nos conformamos con algo conocido.
En resumen: si se compara el precio con lo que se obtiene realmente, los servicios de streaming siguen ofreciendo mucho más que los sistemas tradicionales.