Por: Sergio Villarruel, General Manager en Fiserv México, compañía líder en tecnología financiera y de pagos.
Comprar en línea o pagar en una tienda con terminales con tarjetas seguro es una de tus actividades cotidianas. El dinero se transfiere de cuenta en cuenta bancaria, pasa de manos en manos, y como un ciclo, regresa a ti. Pero este proceso se compone de distintas etapas que debemos examinar con lujo de detalle.
El actual sistema bancario permite manejar dinero que existe y no existe al mismo tiempo. En el caso del débito, el viaje del pago comienza cuando se transfiere dinero a tu nómina o haces un depósito a tu cuenta. Con el crédito es el banco el que primero se compromete a cubrir el gasto y de acuerdo a los términos luego tú eres el que paga.
El pago fluye entre tres intermediarios ajenos a ti como comprador: comerciantes, procesadores de pagos, y bancos. Una vez decides qué producto o servicio adquirirás, el pago se pondrá en pausa hasta ser autorizado. Si cuentas con los fondos suficientes o liquidaste la tarjeta a tiempo se consumará la venta en cuestión de segundos.
Durante la autorización, los datos del plástico deben estar encriptados y filtrados mediante sellos o licencias de seguridad que garanticen que tu información sensible no se corrompa. Posteriormente, el banco emisor genera un número de confirmación, lo remite al procesador y es cuando el negocio obtiene el monto de su venta.
En una última etapa, los bancos o la compañía procesadora registran la cifra cobrada, cuándo se efectuó, en dónde y, en algunos casos, el nombre del producto y/o servicio comprado. Al final, el negocio invertirá esos cobros para reabastecerse, lo que retorna al inicio del ciclo.
Como consumidores, la manera en la que le dinero de nuestra tarjeta es procesado pasa desapercibido. Pero para las empresas es significativo, porque cómo tú, cada cliente tiene necesidades únicas y compra con un perfil bancario distinto.
De acuerdo con el último estudio Número de tarjetas de crédito y débito del Banco de México contabilizó un total de 27,679,900 de crédito y 157,782,610 de débito vigentes a diciembre del 2020. Y la CONDUSEF remarcó que en 2020 se efectuaron 3,499 millones de pagos con tarjetas en comercios tradicionales y electrónicos.
Con base en las cifras anteriores, un negocio tiene millones de oportunidades para concretar ventas. Por ello, las compañías deben estar conscientes de que tu experiencia de pago debe ser satisfactoria y que la clave para lograrlo está en la empresa procesadora de pagos que se seleccione, la cual debe contar con distintas características como:
En conjunto con estos atributos, una firma procesadora tiene el potencial de impulsar las ventas en un comercio, así como establecer una sólida relación de confianza con sus clientes. Además, gracias a nuestros años de experiencia como líderes de procesamiento de pagos, en Fiserv entendemos la necesidad de los comercios por mejorar esa parte del viaje en la que interviene el dinero. Por ello, ayudamos a los negocios a que cuenten con soluciones que sean fáciles de implementar y con las que el cobro sea práctico y seguro.
Nuestra tecnología agiliza procesos, mantiene intacta la seguridad de las transacciones y datos sensibles. De igual manera, los comercios físicos y digitales pueden volverse omnicanales en sus cobros. Además, con nuestras soluciones las empresas tienen libertad de seleccionar el banco de su preferencia para que las ganancias sean depositadas al siguiente día hábil de su operación.
Tener un servicio de procesamiento de pagos de calidad se traducirá en mejorar el índice de ingresos. Entre más clientes contentos estén con algún método de pago, mayor será la cantidad de usuarios que decidan continuar con ese negocio, lo que hará que el viaje continúe su curso sin interrupciones.
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