Cuando probamos el prototipo BMW iX5 propulsado por hidrógeno en 2023, comentamos que se conducía tan bien como cualquier otro vehículo eléctrico, con la ventaja añadida de una mayor autonomía y una recarga más rápida, pero la falta de estaciones de hidrógeno amenazaba con convertirlo en un fracaso.
Dos años después, y con pocas estaciones de servicio de hidrógeno en todo el mundo, BMW afirma que va a poner en producción un X5 propulsado por hidrógeno. Se llamará BMW iX5 y será una de las cinco opciones de transmisión diferentes para la próxima generación de SUV de la empresa, junto con gasolina, diésel, híbrido enchufable y totalmente eléctrico.
El BMW iX5 Hydrogen entrará en producción en 2028, según la marca, y las imágenes de un prototipo muy camuflado sugieren que llevará el mismo lenguaje de diseño "Neue Klasse" que el iX3 recientemente presentado.
El coche que probamos en 2023 formaba parte de una flota experimental de 100 vehículos de hidrógeno que BMW ha probado desde entonces en todo el mundo y que ha calificado de éxito. Teniendo en cuenta que llegará cinco años después de esa primera prueba, el nuevo iX5 utilizará un sistema de pila de combustible de hidrógeno de última generación que BMW está desarrollando en colaboración con Toyota.
La empresa alemana dijo sobre la nueva tecnología: "Este avance tecnológico prepara el camino para un sistema con un diseño más compacto que también es más potente y eficiente, lo que aumenta la autonomía y potencia al tiempo que reduce el consumo de energía».
BMW no ha revelado ninguna cifra sobre el iX5 Hydrogen, pero hace dos años afirmó que el coche de prueba de la generación anterior producía 401 caballos de fuerza, aceleraba de 0 a 100 km/h en unos seis segundos y tenía una autonomía de 500 km. Ese sistema de propulsión utilizaba su pila de combustible a bordo para producir electricidad, que se enviaba a un par de motores a través de una pequeña batería de aproximadamente 2,0 kWh. Al igual que otros coches de hidrógeno, la pila de combustible utiliza el oxígeno capturado del aire circundante para crear hidrógeno, y la única emisión que sale del tubo de escape es una pequeña cantidad de agua pura.
Aunque en muchos países es prácticamente imposible conducir un coche de hidrógeno debido a la falta de estaciones de servicio, BMW se mantiene optimista. Esta semana ha declarado: "El hidrógeno está reconocido como un prometedor vector energético para la descarbonización global… El hidrógeno es la pieza que falta para completar el rompecabezas de la movilidad eléctrica, donde los sistemas de propulsión eléctrica con batería no son una solución óptima".
Esto sugiere que el BMW iX5 Hydrogen no está destinado al mercado británico o europeo, sino que resultará más atractivo en países que aún no han construido una infraestructura de carga de vehículos eléctricos. Teniendo en cuenta que el hidrógeno se transporta a las estaciones de servicio en camiones, al igual que la gasolina y el diésel, los automóviles que funcionan con este gas podrían tener éxito en lugares donde las estaciones de carga de vehículos eléctricos son escasas y están muy alejadas entre sí.
Al menos esa es la teoría. Todavía nos quedan tres años para saber si la apuesta de BMW por el hidrógeno dará sus frutos.