Hemos investigado y establecido la necesidad de tener una cámara de rastreo, un dispositivo controlado por un sensor que comienza a grabar o tomar fotos cuando detecta movimiento en cercano. Nuestro objetivo es observar la vida silvestre de cerca y de forma personal de una manera que sería casi, o completamente imposible de lograr sin una cámara de rastreo. La observación de la fauna puede ser difícil, así que se trata de encontrar y utilizar las herramientas tecnológicas que tenemos a nuestro alcance.
Piensa en el dispositivo como una cámara oculta, escondida a plena vista. Por estas razones, la cámara de rastreo también puede utilizarse, por supuesto, como dispositivo de seguridad o vigilancia, si es necesario.
Ya hemos recibido la cámara y la hemos sacado de la caja. ¿Y qué es lo que sigue?
Antes de colocar la cámara de rastreo en su posición y dejarla en su lugar durante un tiempo, querremos asegurarnos de que está cargada con una tarjeta de memoria de suficiente capacidad y con suficiente batería para durar el periodo de observación que queramos. En primer lugar, conviene comprobar la capacidad máxima de la tarjeta que puede manejar la el equipo.
En segundo lugar, es una buena medida tener una tarjeta de memoria de repuesto para que, cuando recuperemos imágenes de un dispositivo, podamos cambiar la tarjeta existente por una nueva y evitar así cualquier tiempo de inactividad.
Algunas cámaras de seguimiento con capacidad para cargar hasta 8 pilas AA afirman que la batería puede durar hasta 10 meses, o incluso un año entero. Así que comprueba la capacidad de tu unidad en lo que respecta a estas características cruciales, ya que, obviamente, es muy útil no tener que volver a cambiar o reponer las pilas, especialmente si has colocado el equipo en un lugar recóndito o de difícil acceso, con el fin de rastrear a una criatura especialmente escurridiza o que se rara vez se puede observar.
Algunos modelos permiten el uso de un paquete de iones de litio recargable, o incluso incluyen una toma de corriente externa para su funcionamiento a través de una batería de 12v. La poca autonomía, evidentemente, provocará que algunas de las funciones de la cámara no funcionen correctamente, lo que podría afectar negativamente a las imágenes captadas de forma secreta, por lo que querremos asegurarnos de que nuestro equipo de rastreo tiene toda la batería posible.
No hace falta decirlo, pero antes de montar una cámara y dejarla en el lugar para que cumpla con su cometido, es fundamental comprobar que todo funciona bien, para no perder horas, días, meses y semanas. Sobre todo si no se trata de un modelo equipado con Wi-Fi que permita supervisar el funcionamiento a distancia.
La mayoría de nosotros estamos ansiosos por instalar nuestro dispositivo rápidamente. Eso significa que leer el manual correctamente puede ser una gran molestia. Sobre todo cuando no hay una copia impresa en la caja y tenemos que acceder a internet para registrar nuestro producto y luego descargar un PDF.
Sin embargo, para tener las mejores posibilidades de que nuestra cámara de rastreo nos dé los resultados que buscamos a la primera, querremos estar al tanto de las especificaciones, incluyendo que nuestro equipo pueda tomar hasta tres fotografías cuando se dispara con intervalos ajustables entre un segundo y 60 minutos. O que también puede grabar vídeo de alta calidad, con intervalos seleccionables de entre cinco segundos y un minuto.
Algunos modelos ofrecen captación de sonido junto con el vídeo. Mientras que, al igual que las cámaras fotográficas, la resolución de vídeo puede variar también de un dispositivo a otro, ya que algunos ofrecen unos escasos 1280x720 píxeles mientras que otros presumen de una resolución 4K más avanzada. La regla general es que cuanto más alta sea la resolución, mejor definición tendrán las imágenes del equipo.
También querremos comprobar la distancia de detección de movimiento y la sensibilidad del dispositivo; por ejemplo, la capacidad de activar el sensor de movimiento hasta 30 metros de distancia, o el hecho de que su sensor esté curvado para ampliar el área de detección disponible. Además, si cuenta con un flash infrarrojo incorporado, querremos examinar también el alcance de esta función, en términos de sus ajustes mínimos y máximos, si es que son ajustables.
Como es lógico, dado que las cámaras de rastreo se compran para su uso en exteriores, también deberemos prestar atención a sus certificaciones de resistencia a la intemperie para decidir dónde colocarlas y durante cuánto tiempo.
A pesar de las diferencias tecnológicas de cada una de las cámaras de rastreo, su instalación y colocación es prácticamente la misma, sea cual sea el modelo.
Al igual que ocurre con la elección de una casa, la instalación de un equipo de vigilancia se basa en la ubicación, y en la búsqueda del lugar perfecto. Eso significa colocarla en un lugar en el que sea más probable que el dispositivo se active y, por tanto, registre la presencia de la presa que estamos buscando.
Evidentemente, aquí entran en juego la experiencia personal y algunas intuiciones. Aun así, es posible que sea necesario un poco de ensayo y error antes de que nos acerquemos a capturar en imagen lo que queremos, como queremos.
Al mismo tiempo, también tendremos que ser conscientes de colocar la cámara de rastreo fuera del alcance de cualquier peligro potencial y de los ladrones, además de camuflarla de alguna manera. La mayoría de los dispositivos del mercado ofrecen un exterior con motivos de camuflaje, de color verde o terroso, para mezclarse de forma natural con el entorno.
Al igual que ocurre con el sistema de seguridad de una bicicleta, algunos modelos también permiten colocar un candado para disuadir a los ladrones, mientras que las correas y hebillas incluidas permiten sujetarlo firmemente al tronco de un árbol.
También deberemos tener en cuenta las condiciones climáticas en las que puede funcionar la cámara de rastreo. Por ejemplo, si puede funcionar hasta unos helados 20 °C bajo cero, y evitar colocar la cámara cerca de cualquier elemento que pueda oscurecer la visión de su objetivo; por ejemplo, las ramas y las varas del árbol al que esté sujeta.
Por razones similares, generalmente debemos evitar colocar la cámara de rastreo demasiado cerca del suelo. Lo mejor es colocarla a varios metros de altura, a menos que, las criaturas que queremos observar sean pequeñas y habiten en el suelo. Si lo que queremos es observar la fauna, siempre hay que tener en cuenta el tamaño del animal o los animales.
Además, algunas cámaras de rastreo incluso geolocalizan las imágenes capturadas, lo que puede resultar útil al revisar el resultado del dispositivo después del suceso, permitiéndonos volver a identificar una ubicación que haya resultado especialmente fructífera, o descartar la que no lo haya sido.
Si quieres evitar la necesidad de bajar el dispositivo completo de su soporte o del árbol al que está atado, para acceder a las imágenes, busca un equipo en el que sólo se pueda sacar el módulo de la cámara de su carcasa de forma rápida y sencilla. O incluso aquellas que ofrezcan conectividad inalámbrica o Wi-Fi, de modo que podamos controlar nuestro dispositivo a distancia.
Por último, la dirección hacia la que dirijamos nuestra cámara de rastreo también puede ser importante. Los expertos aconsejan orientarla hacia el norte, para evitar que la luz solar fuerte al principio o al final del día provoque imágenes sobreexpuestas y siluetas de los objetos, mientras que un fondo o telón de fondo contrastado también puede ayudarnos en este sentido, permitiendo que el animal en cuestión aparezca aún más claro y bien definido en nuestras fotos o vídeos finales.
