Cuando gastas mucho dinero en un superdeportivo, esperas un sistema de sonido al nivel. Tras el uso de tweeters con membrana de diamante en el Chiron, Bugatti está adoptando otro enfoque en su superdeportivo Bugatti Tourbillon. No se trata de un coche con un sistema de sonido, se trata de un auto que es el sistema de sonido.
Así lo afirma la revista BBC Top Gear (a través de motor1.com), que visitó el campus de Bugatti-Rimac para reunirse con el director ejecutivo Mate Rimac. Rimac mostró múltiples innovaciones que se están utilizando en el Tourbillon y en la próxima generación del deportivo Rimac Nevera, y una de ellas es el uso de diafragmas piezoeléctricos para convertir la carrocería del coche en una bocina.
Las bocinas piezoeléctricas son más inteligentes que los modelos magnéticos que todos conocemos. Aunque tanto las bocinas tradicionales como las piezoeléctricas vibran para mover el aire y crear ondas sonoras, las segundas son mucho más pequeñas porque no utilizan el mismo diseño de imán y cono que las tradicionales. En lugar de grandes imanes, tienen pequeños cristales que vibran para mover un diafragma y crear audio.
En el video de Top Gear, Mate Rimac muestra cómo el diafragma del Tourbillon es el propio auto. Presenta el subwoofer, que consiste en un elemento piezoeléctrico integrado en el techo del behículo. No es grande, pero es inteligente: su función es hacer vibrar la fibra de carbono del coche.
Según Rimac, el sistema del Tourbillon es "un universo diferente en comparación con el Chiron. Así que hemos ahorrado peso, espacio y mejorado la calidad del sonido".
Aunque hace años que se habla de las bocinas piezoeléctricas para el audio de los vehículos, que nosotros sepamos, esta es la primera vez que se fabrica un modelo con un sistema de sonido así en su interior.
Mercedes pensaba claramente en la misma línea que Bugatti hace poco más de una década con el FrontBass del SL Roadster, un sistema de audio para automóviles que utilizaba la propia carrocería del coche como caja acústica para los subwoofers situados en los espacios para los pies delanteros del coche, pero que seguía basándose en la tecnología tradicional de las bocinas.
El enfoque de Bugatti es muy diferente, y ojalá estuviéramos en el grupo demográfico adecuado para conducirlo. Lamentablemente, su precio es de alrededor de 3,2 millones de libras antes de impuestos, así que tendremos que conformarnos con el estéreo del Skoda.
