Si tienes una de las mejores placas de inducción en tu cocina, sabrás lo rápidas, cómodas y eficientes que son para cocinar. Aunque existe un gran debate sobre si es mejor cocinar con gas o con electricidad, las placas de inducción calientan directamente el sartén para conseguir la máxima precisión, y mucha gente no se arrepiente de haber cambiado a una placa de inducción.
Con cualquier método de cocción, es fácil cometer errores y, si no estás acostumbrado a utilizar una placa de inducción, seguro que cometerás unos cuantos antes de dominar el arte de cocinar por inducción. Teniendo esto en cuenta, aquí tienes siete errores que todo el mundo comete con las placas de inducción y cómo evitarlos para cocinar fácilmente y sin estrés.
Uno de los errores más comunes en las placas de inducción es olvidarse de comprobar si las ollas y sartenes son compatibles con la placa.
Como las placas de inducción utilizan campos magnéticos para calentar, necesitarás utensilios de cocina que sean adecuados para ello, de lo contrario la placa no funcionará. Para comprobar si tus ollas y sartenes son compatibles, coloca un imán en el fondo para ver si se pega. Si se pega, puedes utilizar la sartén en una placa de inducción, pero si no, puede que tengas que regalársela a un amigo o familiar. Para no malgastar tu dinero, elige utensilios de acero inoxidable o hierro fundido y evita materiales como el aluminio, el cristal, la cerámica y el cobre.
A la hora de elegir ollas y sartenes compatibles con tu placa de inducción, también es importante tener en cuenta el tamaño. Si es demasiado pequeño o demasiado grande hacen que la cocción no sea uniforme, además de desperdiciar energía, lo que puede incrementar tu factura de luz.
Las placas de inducción tienen bobinas de cobre por debajo de la superficie de cocción y una corriente eléctrica alterna pasa a través de ellas para crear un campo magnético. Este campo calienta directamente el sartén en lugar de la superficie de la placa, por eso es importante evitar mover demasiado los sartenes cuando se utiliza una placa de inducción.
Si se rompe el contacto con la placa, los sensores sabrán que no hay nada en la superficie. Si la placa no detecta los utensilios, no se calentará, lo que significa que la comida no se cocinará. La superficie de una placa de inducción es muy sensible, por lo que mover los utensilios sobre ella con demasiada fuerza puede rayarla o romperla.
Quizá te cueste un poco acostumbrarme al calor que produce una placa de inducción. Se calienta de forma rápida y precisa, lo que significa que hay que ser muy preciso con la temperatura cuando se cocina.
Cuando se utiliza una placa de inducción, es importante utilizar la cantidad correcta de calor y ajustar la temperatura en consecuencia para que la comida no se cocine demasiado o muy poco. Independientemente de lo que estés cocinando, es recomendable que empieces con una temperatura baja y la vayas aumentando para evitar que se quemen los alimentos.
Hablando de calor, es poco probable que necesites utilizar el ajuste más alto de forma regular. Como la temperatura es tan alta, quemarás la comida rápida y fácilmente, e incluso si intentas bajarla después de haberla puesto al máximo, tardará más en enfriarse y seguirá quemando la comida.
En general, es mejor utilizar el nivel más alto para hervir líquidos, como agua o caldo. Una vez que el líquido haya alcanzado la temperatura de ebullición, añade los alimentos y ajusta inmediatamente el fuego. Si dejas que el agua siga hirviendo a esta temperatura tan alta con los alimentos dentro, el agua se derramará, ¡un error que muchos cometemos con nuestras placas de inducción!
Una de las cosas buenas de las placas de inducción es su sensibilidad, por lo que detectan casi inmediatamente que hay algo apoyado sobre ellas.
Cuando no está encendida, quizá te parezca buena idea usar tu placa de inducción como una superficie extra donde colacar ingredientes, pero hacer esto, así como apoyar bandejas calientes sobre ella no es una buena idea.
Si tu placa de inducción aún está caliente, seguirá cocinando tu comida, lo que aumentará la probabilidad de que se queme. Algunas placas de inducción emitirán un pitido constante para avisarte de que aún está caliente y de que tiene algo encima, ¡lo cual es bastante molesto cuando estás intentando relajarte mientras comes!
Dependiendo de la placa de inducción que tengas, lo más probable es que la pantalla tenga los símbolos de los quemadores, el botón de encendido/apagado, el temporizador y los ajustes de calor. Aunque esta información es fácil de ignorar, es importante prestar atención a lo que le dice la placa de inducción para evitar que los alimentos se cocinen demasiado o se quemen accidentalmente.
Durante y después de la cocción, la placa de inducción parpadeará con la letra "H", lo que significa que está caliente. La "H" seguirá apareciendo hasta que se enfríe por completo, lo que puede tardar un poco en comparación con las cocinas de gas. Así que, si has terminado de cocinar y crees que puedes volver a utilizar tu placa de inducción como superficie de trabajo adicional, asegúrate de comprobar si el indicador de seguridad sigue parpadeando para no hacerte daño.
Como todos los electrodomésticos, es importante mantenerlos limpios. La mayoría de las placas de inducción tienen pantallas táctiles, por lo que, además de las evidentes manchas de comida, también se manchan con los dedos. Aparte de las razones higiénicas, si no se limpia y mantiene correctamente, la placa de inducción no responderá bien cuando intentes encenderla y ajustar la configuración.
Las placas de inducción son fáciles de limpiar, pero es importante utilizar productos de limpieza suaves, ya que cualquier producto demasiado agresivo puede rayar la superficie. Utiliza trapos suaves y productos de limpieza naturales para limpiar cualquier suciedad y evita frotar para no dañar la placa de inducción ni eliminar las marcas.