Con motivo del mes de regreso a clases en T3 Latam, repasamos todos los artículos esenciales que necesitas para prepararte para volver a la oficina, universidad o estudiar. Aunque la mayoría de las oficinas ya tienen sillas, escritorios y otros accesorios instalados, tener tu propia silla de oficina que se adapte a tus necesidades específicas tiene un valor incalculable.
No importa si estás en la oficina o trabajas desde casa, tener una de las mejores sillas de oficina te garantiza que estarás cómodo mientras estés sentado varias horas al día. Al fin y al cabo, tu silla de oficina debe servir de apoyo a ti y a tu cuerpo, en lugar de dejarte con dolor y tenso después de un largo día de trabajo.
A la hora de elegir una silla de oficina, hay que tener en cuenta muchas cosas, y sí, puedes equivocarte al comprarla. Así que, para ayudarte a encontrar la ideal, aquí tienes siete errores que todo el mundo comete al elegir una silla de oficina y cómo evitarlos.
Elegir una silla de tamaño incorrecto puede parecer una tontería, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría se pueden ajustar. Sin embargo, si no tienes en cuenta las dimensiones de la silla (más información a continuación), puedes acabar teniendo una demasiado pequeña o demasiado grande.
Si es muy pequeña, probablemente no no cabrás bien en ella, lo que puede provocar incomodidad y dolor, ¡y eso si puedes sentarte en ella! Por otro lado, una demasiado grande puede darte la sensación de que no estas bien sentado y puede provocar una mala postura al no poder sentarte a la altura ideal o alcanzar los reposabrazos y los reposapiés.
Con tu silla de oficina, deberías poder apoyar los pies en el suelo, con las rodillas a la misma altura que las caderas y la parte baja de la espalda apoyada en la parte inferior de la silla. Si esto no sucede, es una clara señal de que tu silla de oficina es demasiado grande o pequeña para tu tamaño, así que asegúrate de comparar tu altura y peso con la silla para ver si es la adecuada para ti.
Como la mayoría de los trabajadores normalmente se sientan una silla de oficina durante ocho horas al día, es importante elegir una que apoye bien el cuerpo, por lo que debes tener en cuenta la ergonomía y los ajustes. Si te sientas en una silla incómoda y que no sujeta partes del cuerpo, puede resultarte muy doloroso y afectar a tu cuerpo y a tu postura. Ya que tienes que pasar la mayor parte de la semana sentado, más vale que estés cómodo, ¿no?
Entre las características ergonómicas a tener en cuenta se incluyen el apoyo lumbar, los reposabrazos y los ajustes del asiento, como la inclinación y la elevación. El apoyo lumbar mantiene la espalda y el cuello cómodos y la columna alineada, mientras que los reposabrazos sujetan los codos, los hombros y las manos. Para diferentes requisitos de altura y niveles de comodidad, también quieres una silla de oficina que se pueda ajustar, especialmente el respaldo, la cabeza y los reposabrazos.
No todas las ruedas son iguales, por lo que, aunque las ruedas de su silla de oficina se desplacen suavemente por el suelo de madera, puede que no lo hagan tan bien. No importa si te mueves activamente en tu silla o si simplemente la empujas hasta la mesa de tu compañero para ver su pantalla, las ruedas endebles o difíciles de empujar son increíblemente molestas. Dependiendo del suelo de tu oficina, puedes elegir ruedas diseñadas específicamente para madera dura o azulejo, para que puedas desplazarte en tu silla con libertad y suavidad.
No todas las sillas de oficina vienen con reposacabezas, pero eso no significa que no debas tenerlo en cuenta. Después de un largo día delante de tu laptop, es agradable descansar la cabeza antes de empezar la siguiente tarea. Un reposacabezas no sólo puede proporcionarle un alivio rápido, sino que también puede reducir la tensión que afecta al cuello y los hombros. Si eres propenso a los dolores de cabeza, un reposacabezas también puede ayudarte con esto.
Como ya hemos mencionado, siempre hay que prestar atención a las especificaciones de la silla de oficina que se quiere comprar. Aparte de la altura y el peso, hay otras medidas a tener en cuenta que pueden resultar en lo cómodo que se siente mientras estás sentado. Por ejemplo, debes fijarte en su anchura para ver si cabe debajo de tu escritorio y te deja espacio suficiente para sentarte cómodamente. También necesitas comprobar lo mucho o poco que se puede extender, los materiales de los que está hecha y las diferentes formas en las que se puede ajustar.
Actualmente casi todo el mundo compra cosas por Internet, pero si puedes ir a una tienda y sentarte en una silla de oficina antes de comprarla, eso es lo que te recomendamos. Puedes investigar todo lo que quieras, pero eso no significa necesariamente que te vaya a resultar cómoda cuando la recibas. En su lugar, ve a tu tienda local y siéntate en la silla de oficina que elijas durante unos minutos para ver si te gusta, si te da suficiente apoyo y cómo se mueve.
Una vez que hayas comprado una silla de oficina, no necesitas hacerle nada, ¿verdad? Pues no. Si no la cuidas, puedes reducir su vida útil. Las sillas de oficina deberían durar hasta ocho años antes de tener que ser cambiarlas, debido al desgaste general y a la pérdida de apoyo. Para mantener tu silla de oficina en buen estado, debes limpiarla con regularidad y sustituir cualquier pieza dañada para que dure más tiempo.