La primavera ya está aquí y con ella llegan los rayos UV, la humedad, la contaminación y el aumento de las temperaturas. Si bien estas cosas pueden tener un impacto positivo en nuestra limpieza primaveral o en la preparación del jardín , es una historia ligeramente diferente cuando se trata de nuestra rutina de skincare.
Por si no lo sabías, el cambio de estación requiere un cambio en tu rutina de skincare. Para obtener la mejor información posible, hablamos con Jillian Osborne, experta en belleza certificada con más de 15 años de experiencia en Luvly, la aplicación de yoga facial todo en uno. Afirmó que "los factores ambientales influyen mucho en el aspecto y la salud de nuestra piel, y con los cambios de clima puede ser una verdadera lucha mantenerla resplandeciente."
Sigue leyendo para descubrir los principales consejos de Jillian para el cuidado de la piel en primavera y cómo adaptar tu propia rutina de skincare a la nueva estación.
Con la primavera llegando, es una buena idea mover los productos de invierno al fondo de los gabinetes y dejar paso a texturas más ligeras. Pero, evita utilizar los sobrantes del año pasado, sobre todo porque los productos de skincare tienen una vida útil limitada. Y de paso, ten cuidado con ingredientes como el retinol o la vitamina C, que pierden eficacia con el tiempo.
También debes limpiar las brochas con un limpiador o jabón suave para eliminar cualquier acumulación de maquillaje, aceite y bacterias. Deja que se sequen bien al aire antes de guardarlas en un recipiente limpio y seco para evitar la aparición de moho y bacterias.
Antes de hacer cambios de más en tu rutina de skincare, debes asegurarte de modificar gradualmente tu rutina en función de lo seca o grasa que esté tu piel. Intenta introducir un producto cada vez durante varias semanas, alternando entre invierno y primavera para que la piel se adapte eficazmente.
También debes recordar que no debes confiar únicamente en tu rutina. Hidrátate desde el interior bebiendo mucha agua antes de que llegue el calor. Si el agua no es tu favorita, descubre estas 5 formas de mantenerte hidratado que no implican beber agua.
Tu piel necesita protección… y mucha. Deberías incluir un FPS en tu rutina de skincare durante todo el año, pero especialmente cuando el sol empieza a hacer más acto de presencia. Si tienes la piel propensa al acné, elige fórmulas ligeras y sin aceites para evitar la obstrucción de los poros y las imperfecciones. Si tienes la piel sensible, busca protectores solares minerales con óxido de zinc o dióxido de titanio, ya que son menos irritantes.
Elijas el que elijas, asegúrate de que tu FPS ofrece una protección de amplio espectro contra los rayos UVA y UVB, y no te olvides de las orejas y el cuello.
Es bien sabido que los meses de invierno nos reducen la vitamina D, lo que afecta a la salud de nuestra piel. Para reponerla, debes consumir alimentos ricos en vitaminas, como pescados grasos, productos lácteos enriquecidos y verduras de hoja verde. Los alimentos ricos en vitamina C, como los cítricos, también pueden ayudar a combatir el tono apagado provocado por el invierno.
Estos potentes antioxidantes protegen la piel de los radicales libres, como los rayos UV, la contaminación y las condiciones ambientales agresivas, conocidos por dañar las células y aumentar el proceso de envejecimiento. Con la dieta correcta, tu piel prosperará con la llegada de la primavera, dejándote radiante mientras nos acercamos a la nueva estación.
Los baños de agua fría, que suelen realizarse después de la limpieza y antes de aplicar los productos, pueden tonificar la piel. El agua fría contrae los vasos sanguíneos para eliminar toxinas y reducir la inflamación, y cierra los poros para dar un aspecto más terso. Esto estimula la circulación, así como tus sentidos, dejándote con un brillo saludable y lleno de energía.
Si no lo has probado antes, introduce gradualmente los baños de agua fría para crear tolerancia, empezando con 10 salpicaduras y subiendo hasta unos minutos.
