Caminar es sin duda una de las formas de entrenamiento más infravaloradas. Es de bajo impacto, quema calorías, no cuesta un peso y, además, es excelente para nuestro bienestar mental. Pero, ¿cómo se puede convertir un paseo informal a la hora de comer en un entrenamiento saludable?
En un reciente post de Instagram, Karl Henry, entrenador personal y autor galardonado, afirma que, al igual que con cualquier otra forma de ejercicio, hay que seguir desafiándose a uno mismo para obtener los beneficios. A continuación comparte cuatro sencillas formas de hacerlo. No te preocupes, ¡tampoco necesitas tenis para correr!
Un monitor de fitness no te va a ayudar a moverte más rápido (obviamente), pero es un gadget excelente para mantenerte motivado y seguir tus progresos: puedes controlar el número de pasos que das, marcarte un objetivo de distancia o tiempo y controlar tu frecuencia cardiaca y tu VO2 máximo.
Además, según Harvard Health, los investigadores descubrieron que quienes utilizaban un monitor de actividad física daban 1.235 pasos más al día y realizaban 49 minutos más de actividad física moderada a exigente a la semana. Si no tienes un dispositivo de seguimiento de la actividad física, Henry también recomienda descargar una aplicación, como Strava. Si buscas un monitor de fitness económico, nuestras principales recomendaciones son la Xiaomi Smart Band 9 o la Fitbit Charge 5.
No tienen por qué ser grandes colinas, pero si incluyes algunas pendientes en tu caminata, tus cuádriceps, gemelos, isquiotibiales, muslos y glúteos trabajarán más intensamente, al igual que tu corazón. Cuanto más trabajes, más energía utilizarás y más calorías quemarás. Además, es excelente para aumentar la densidad ósea. Eso sí, asegúrate de llevar un calzado cómodo para caminar.
Si eres un poco lento y te cuesta mantener un buen ritmo, invita a alguien que vaya un poco más rápido que tú. Es una excelente forma de animarte a acelerar el ritmo, ya que estarás deseando seguir el paso de tu compañero de caminata. Eso sí, asegúrate de que la persona que te acompañe te apoye y no se enoje si te quedas atrás.
Henry dice que si observas tu entorno (el cielo, las nubes, los pájaros, los árboles) tu caminata será aún más beneficiosa, y no se equivoca. Numerosos estudios han demostrado que es excelente para nuestro bienestar mental, ya que ayuda a aumentar las endorfinas, reduce el estrés e incluso puede aliviar la ansiedad y la depresión. Así que, no importa si te diriges a una zona urbana cubierta de hierba o si recorres un sendero costero o caminas por un bosque, detente un segundo y aprecia lo que te rodea. Cuanto más relajado estés, mejor será tu paseo.