Las mejores rasuradoras eléctricas son muy útiles para cualquier rutina de rasurado. No sólo son cómodas y fáciles de usar, sino que son más sostenibles y rentables que las resuradoras tradicionales. Lee nuestra guía comparativa entre una afeitadora eléctrica y una manual si no nos crees.
Ahora bien, saber utilizarla y mantenerla correctamente es muy importante, sobre todo para aumentar la vida útil de tu rasuradora. Todavía hay mucha gente que comete los mismos errores todos los días, y si tu piel está un poco enrojecida e irritada después de rasurarte, puede que seas uno de ellos.
Para ayudarte, hemos resumido los cinco errores más comunes que todo el mundo comete con rasuradoras eléctricas. Sigue leyendo para descubrir cuáles son y cómo solucionarlos.
Puede que pienses que cuanta más presión apliques en la cara, más al ras será el rasurado. Aunque esto puede ser cierto con las máquinas manuales, no podría estar más lejos de la realidad con las eléctricas. Presionar demasiado sólo provocará irritación y cortes y rasguños horribles, lo que hará que tu piel esté aún más sensible la próxima vez que te rasures. Utiliza una técnica suave y tu rostro te lo agradecerá.
Como las rasuradoras eléctricas se utilizan frecuentemente en contacto con agua y jabón, mucha gente cree que no necesitan una limpieza regular. En realidad, es algo muy importante y se ha demostrado que aumenta su vida útil y garantiza un mejor funcionamiento. Hay múltiples formas de limpiar tu rasuradora eléctrica, pero si la tuya es resistente al agua, consulta nuestra guía paso a paso para limpiar una rasuradora eléctrica para obtener más información.
Hay una gran variedad de movimientos de rasurado correctos que dependen del tipo de máquina que tengas, lo que significa que puede ser fácil adoptar el movimiento incorrecto. Por ejemplo, las rasuradoras rotativas están diseñadas para seguir el contorno de la cara, por lo que requieren un movimiento circular. En cambio, las máquinas de láminas deben usarse a contrapelo para un acabado más preciso.
Las máquinas rasuradoras manuales raspan la piel cuando se utilizan, eliminando una fina capa cada vez. Esto deja la piel en un estado vulnerable, sobre todo si no la tratas con los productos adecuados justo después. Las rasuradoras eléctricas funcionan de un modo completamente distinto, por lo que cambiar constantemente de una a otra puede irritarte la cara. Lo mejor que puedes hacer es elegir un tipo de rasuradora y quedarte con ella.
Uno de los mayores errores que se cometen con las rasuradoras eléctricas es no cambiar las cuchillas. Las hojas se desgastan con facilidad, sobre todo si no se limpian correctamente. La mayoría de los fabricantes recomiendan cambiarlas al menos una vez al año para evitar la irritación de la piel y las quemaduras.