Desde olas de calor hasta tormentas inesperadas, el clima ha sido constantemente húmedo. No importa si tienes una rutina de skincare para el verano o si no, esta humedad puede provocar problemas de la piel, provocando síntomas cutáneos comunes. Para saber más, hablamos con la Dra. Kaywaan Khan de la Clínica Hannah London, que nos explicó los cinco problemas de la piel más comunes en climas húmedos y cómo tratarlos. Desde combatir la piel congestionada hasta evitar reacciones alérgicas, sigue leyendo para descubrir sus consejos sobre cómo controlar y proteger tu piel para mantener un cutis sano durante todo el verano.
La humedad puede crear un ambiente pegajoso que atrapa la suciedad, la grasa y las bacterias en la piel, obstruyendo los poros y reduciendo la luminosidad y el brillo de la piel.
Para combatirlo, es esencial realizar una doble limpieza, empezando con un limpiador a base de aceite y siguiendo con un limpiador suave a base de agua. También debes exfoliarte dos o tres veces por semana con un exfoliante químico para eliminar las células muertas y revelar una piel más limpia y luminosa. Una vez finalizada la rutina skincare, hidrátala con una crema ligera y sin aceites para mantener su flexibilidad y equilibrar la producción de grasa.
Con la humedad, aumenta la producción de sudor, lo que puede provocar una acumulación de grasa y bacterias en la superficie de la piel. Esto no sólo puede provocar brotes de acné, sino que el aumento de la producción de grasa puede impedir que los productos de skincare penetren eficazmente en ella. Esto significa que tu rutina para combatir el acné se vuelve menos eficaz, lo que dificulta aún más el mantenimiento de una piel limpia y sana.
Elige productos de skincare y maquillaje no comedogénicos para evitar obstruir aún más los poros. Además, busca productos que contengan ácido salicílico o peróxido de benzoilo para ayudar a eliminar las bacterias que causan el acné.
Debido al aumento del sudor y la humedad atrapada en los meses de verano, los vellos encarnados pueden volverse frecuentes. Pueden parecer protuberancias rojas que pican donde el vello ha vuelto a crecer dentro de la piel. Es más probable que te salgan pelos encarnados si tienes el vello grueso o rizado, y pueden aparecer con más frecuencia cuando te rezuras o depilas en determinadas zonas.
Para prevenir y tratar estos molestos brotes, es importante exfoliar la piel regularmente con un exfoliante suave para eliminar las células muertas que pueden obstruir los folículos pilosos. Si sufres de vellos encarnados, resiste el impulso de arrancarlos o depilarlos con pinzas, ya que esto puede aumentar la probabilidad de infección. En su lugar, aplica una solución antiséptica después de la depilación para evitar que el vello encarnado se forme y, si lo hace, aplica una compresa caliente para animar al vello a salir a la superficie.
La humedad elevada impide que el sudor se evapore eficazmente, que es el mecanismo de refrigeración natural del cuerpo. Cuando el sudor no puede evaporarse, queda atrapado en la piel, lo que provoca la obstrucción de los conductos sudoríparos y la aparición de un sarpullido por calor. El sarpullido por calor, también conocido como fiebre miliar, es una irritación cutánea común que puede aparecer en forma de pequeños bultos rojos o ampollas que pican y resultan incómodos.
Para ayudar a calmar el enrojecimiento y la inflamación, toma un baño con agua fría y aplícate después una loción de calamina para reducir el picor. Usa tejidos de algodón holgados y transpirables para evitar la fricción que puede causar más inflamación y permitir que tu piel respire. Cuando se trate de un sarpullido por calor, no utilices productos perfumados ni te rasques, ya que puede provocar más comezón. En su lugar, aplica una compresa fría en la zona durante un máximo de 20 minutos para aliviar cualquier molestia.
Alérgenos como el polen, el moho y los ácaros del polvo se desarrollan más en condiciones de humedad. Los niveles elevados de humedad favorecen la multiplicación de las esporas de moho y el desarrollo de los ácaros del polvo, mientras que los granos de polen pueden penetrar más en el aire. Esto puede desencadenar fácilmente reacciones alérgicas comunes, como granos, urticaria o comezón en la piel.
El primer paso para combatir este problema es determinar cuál es la causa, por ejemplo; si es el moho, comprueba si hay zonas húmedas en su casa y utiliza un deshumidificador para garantizar una ventilación adecuada; si el factor es el polen, mantén las ventanas cerradas durante las temporadas altas de polen y toma antihistamínicos de venta libre para aliviar los síntomas; para los ácaros del polvo, utiliza fundas de colchón y almohada antialérgicas y lava las sábanas con detergente hipoalergénico. En caso de reacción alérgica, la aplicación de crema de hidrocortisona sin receta puede reducir la inflamación y el picor.